![Carlos Jesús Morán, en su despacho del Instituto de Arqueología de Mérida.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/28/sin%20ttulo-8-RiwJCTz9At2DsXOyYbFZAbL-758x531@Hoy.jpg)
![Carlos Jesús Morán, en su despacho del Instituto de Arqueología de Mérida.](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/28/sin%20ttulo-8-RiwJCTz9At2DsXOyYbFZAbL-758x531@Hoy.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Historias sorprendentes detrás de piezas como El guerrero en bronce de Medina de las Torres expuesto en el Museo Británico, el Disco de Teodosio que apareció en Almendralejo y pertenece a la Real Academia de la Historia, la figura egipcia de Mérida ahora en la ... Hispanic Society de América o el carro de bronce también de Mérida que se expone en el Museo de Sant Germain.
El viaje que siguen desde que se usan, se abandonan y se encuentran enseña mucho de relaciones comerciales o apropiaciones culturales. Carlos Jesús Morán y Trinidad Tortosa han investigado a los objetos viajeros del patrimonio extremeño. En un proyecto del Instituto de Arqueología de Mérida y del CSIC han trazado la biografía de seiscientas piezas con valor arqueológico de Extremadura que ahora se muestran en museos o colecciones privadas fuera de la región. El rastro que han seguido y cómo han llegado hasta dónde han llegado lo explican esta tarde en el Liceo a las ocho.
–¿Al hablar de los objetos viajeros del patrimonio de Extremadura, de qué estamos hablando?
–Es un proyecto que se financió con el plan regional de la Junta que se llamaba 'Diáspora sobre el patrimonio identitario en el exilio'. Pretendía hacer un catálogo de objetos que por una serie de vicisitudes son del patrimonio extremeño pero salen y están en otras instituciones en España o en el extranjero.
–Habla usted de biografía de los objetos.
–Porque abordamos la creación de un objeto usado y abandonado. Pero luego es encontrado y depositado en el museo porque se ha vendido o se ha donado.
–¿Cómo salen fuera?
–Salen en un contexto muy concreto. Cuando no hay una legislación de patrimonio ni en España ni en Extremadura. Gente que dona o coleccionistas. El viaje se hace principalmente al Museo Arqueológico Nacional que se funda a mediados del siglo diecinueve. Se creó para dar un relato de la arqueología a nivel nacional. Por eso pidieron a las provincias que aportaran material y a veces lo compraron. Tenemos la famosa copa de Medellín, el tesoro de Aliseda o el carro de Mérida, que se encuentra en Nueva York. Hay un montón de objetos que están en muchísimos sitios y hablan del patrimonio extremeños fuera de Extremadura. Extremadura puede presumir de su patrimonio tanto dentro como fuera de sus fronteras.
–Entendemos que hay muchos caminos de salida.
–Hay donaciones privadas, donaciones públicas o ventas. Tenemos al marqués de Monsalud, un coleccionista de Almendralejo de finales del siglo diecinueve que tiene una colección muy amplia y con muchos elementos de Mérida. Su intención era que se quedara a su muerte en Almendralejo. Pero sus herederos no respetan su voluntad y parte de su colección la venden a un coleccionista catalán. Y luego es el Museo Arqueológico Nacional el que se la compra al coleccionista catalán. Por eso hay tantas piezas de Extremadura en el Arqueológico Nacional. Hay un togado muy similar al del Museo Nacional de Arte Romano o la figura que se decía que era Diana y que al final se concluyó que es Ascanio, el hijo del ciclo de Eneas que apareció en el Foro.
–¿Qué es lo más difícil de esta investigación?
–Primero hay que investigar el objeto. Donde se ha encontrado, el yacimiento, la época... Trabajamos con elementos sociales. Una copa no es una copa solo, es la copa que una persona escogió para su vajilla. Todo eso se mete en una base da datos, lo analizamos y luego se hacen una fotografía en alta resolución y unos modelos en 3D. Conseguimos un catálogo de piezas que forman parte del patrimonio extremeño y que hablan del patrimonio extremeño en Nueva York o en Francia para que se conozca también aquí.
–Habrá algunos casos en los que resulte especialmente complicado seguirle todos los pasos.
–El carrito de Mérida o la figura egiptizante de Mérida. Se sabe que son de aquí, pero poco más. Tampoco cómo salieron. Pudieron ser comprados a un anticuario. Hay un berraco que está en un patio de una casa particular de Asturias y también salió de Extremadura.
–¿Podemos hablar de expolio en algunos casos?
–Algunos sí. Los coleccionistas que hacen sus colecciones entre el siglo dieciséis y el dieciocho. Pero debemos aclarar que eso lo vemos ahora nosotros como un expolio, en ese momento, como no había una legislación de protección de patrimonio, no era expolio, era un afán de conocimiento. No se lo quedaban por el valor económico del objeto, sino por la identidad y el afán de conocer.
–Es un debate más de periodistas que de arqueólogos, pero hay peticiones constantes de devoluciones de patrimonio.
–¿Qué sentido tendría que el togado de la colección de Monsalud que se exhibe tan maravillosamente en el Arqueológico Nacional estuviera en Mérida, dónde tenemos piezas similares? Yo creo que ese togado está allí exhibiendo el patrimonio extremeño. Hay piezas que se convierten en un icono porque salen al extranjero y se convierten en un triunfo cuando vuelven. Y eso forma parte también de la biología del objeto. El carrito de Mérida es importante porque está en el extranjero. Habla de Mérida fuera.
–Es un ejemplo de icono.
–Es icono por el valor que nosotros le vamos otorgando con el tiempo. Si hay intereses políticos en traerla de vuelta, pues esa pieza incorpora capas a su biografía. A lo mejor no es más representativa de lo que ya tienes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.