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Juan Soriano
Lunes, 26 de abril 2021
Pedro Salguero, quien fuera gerente del Festival de Mérida entre 2008 y 2011, niega irregularidades en su gestión. La Fiscalía pide para él una condena de nueve años de prisión por delitos de malversación, prevaricación y ocultación de documentos públicos.
La sección emeritense de la Audiencia Provincial de Badajoz acoge desde este lunes el juicio, que tuvo que ser suspendido el pasado año. Durante casi tres horas Salguero ha respondido a todas las preguntas de las acusaciones y las defensas.
Parte de los hechos que se le imputan ya han sido resueltos en una sentencia en su contra del Tribunal de Cuentas. La Fiscalía reclama ahora su responsabilidad penal.
Salguero fue jefe de Administración del Festival de Mérida con funciones de gerencia entre febrero de 2006 y marzo de 2008. En abril de ese año fue nombrado gerente, puesto que compaginó con el de gerente de la Fundación Orquesta de Extremadura. Estuvo en el cargo hasta octubre de 2011, cuando presentó su dimisión después de que el PP se impusiera en las autonómicas de ese año.
La Fiscalía le acusa de disponer de dinero público para dictar órdenes de pago directas, emisiones de facturas, pagarés, cheques y transferencias a diversas empresas sin procedimiento y eludiendo los mecanismos de control.
La Fiscalía se centra en varios hechos concretos. En 2007 abonó 24.000 euros a una empresa de Sevilla a la que conocía por su trabajo anterior. La Fiscalía afirma que no prestó ningún servicio y que se omitió cualquier procedimiento de contratación. Salguero ha dicho que se trataba de un anticipo para elaborar un proyecto de recogida hidráulica de los asientos del Teatro Romano. No se llegó a ejecutar y después fue imposible recuperar el dinero. «Fue una estafa», ha afirmado.
También le acusa de abonar 1.750 euros a una firma de transportes que en realidad prestó un servicio a la empresa de su cuñado. Sobre esto ha indicado que fue un error y ha reconocido que prestaba asesoramiento a esa firma, por lo que pudo tratarse de una factura traspapelada.
La fiscal también afirma que hizo dos pagos a un auditor externo que trabajaba para el Festival de Mérida. Salguero ha indicado que se trataba de abonos pendientes justificados.
Asimismo, considera delictiva la firma de un reconocimiento de deuda por importe de más de 580.000 euros a una empresa que se encargaba de la iluminación del Teatro Romano sin procedimiento legal. El exgerente ha asegurado que se trataba de encargos artísticos y que no debían someterse a las normas sobre contratación. También defiende la forma en que se contrató el servicio de restauración de la edición de 2009.
Respecto a las cuentas del certamen, Salguero ha asegurado que no se aprobaban porque el consejo rector, del que formaba parte la Junta de Extremadura y otras entidades públicas, no las reclamaba. A su juicio, se debe a que la Administración autonómica no quería reconocer la deuda del certamen.
La intervención autonómica requirió documentación en los años 2008, 2009 y 2010, pero la acusación sostiene que no se aportó, aunque el ex gerente ha asegurado que enviaba información trimestralmente. Finalmente se llevó a cabo una auditoría externa que protestó por la falta de colaboración de Salguero, quien ha explicado que no compartía la forma de proceder de esa empresa.
Además, la Agencia Tributaria realizó una actividad de control de los años 2009, 2010 y 2011 por las liquidaciones de la entidad por el impuesto de sociedades, el IVA y la Seguridad Social. Eso derivó en sanciones por más de 600.000 euros. Salguero ha defendido que, según su asesor externo, el festival no estaba sujeto al impuesto de sociedades y que en cualquier caso no tendría que haber pagado nada porque cada año generaba pérdidas. Por ese motivo, no entiende esa multa.
La Fiscalía también le acusa de que se llevó un ordenador cuando dejó su cargo. El exgerente ha asegurado que era de su propiedad y que no contenía información contable. Pese a ello, ha asegurado que dejó una copia en un disco duro.
Salguero ya fue condenado a dos años de cárcel por desviar 111.700 euros durante su labor como gerente de la Orquesta de Extremadura, por lo que llegó a entrar en prisión. En su declaración de hoy ha reconocido que usó fondos de la orquesta para pagar deudas del festival de Mérida pero ha afirmado que si no lo hubiera hecho no se podría haber celebrado el certamen. «No sé si es ilegal lo que hice, pero no perjudiqué al festival, sino que le he beneficiado», ha dicho.
Salguero ha asegurado que cuando llegó al festival había una deuda de más de 5 millones de euros no reconocida y que cuando dejó el cargo en 2011 se había reducido a unos 3 millones. «No teníamos ni ordenadores» ha asegurado. «Tuvimos que empezar de cero».
También ha recalcado que, a pesar de las deudas con organismos públicos, se pudo seguir celebrando el certamen y los patronos siguieron haciendo sus aportaciones cada año. Incluso le mantuvieron en el cargo y le premiaron con la gerencia de la Orquesta de Extremadura. «No entiendo de qué se me acusa», ha afirmado.
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