El Perro Verde nace en Mérida como nuevo centro de artes escénicas

Explica Barjola que era un sueño de hace muchos, muchos años. Y no aterrizaron antes porque los sueños, concluye, cuanto más grandes, más dinero cuestan hacerlos realidad.

Ahora han tirado de ahorros y de la ayuda de mucha gente para abrir un local en un primer piso con dos salas para sesiones de teatro, cine, literatura o danza. Una la dedican a la expresión artística relacionada con el movimiento y otra más pequeña a la música y la literatura. Lo quieto y estático.

Esteban García Ballesteros y Paco Barjola llevan muchos años produciendo teatro profesional en Extremadura. Son muy conocidos en la ciudad y ahora dan un paso más promoviendo la formación escénica. «Venimos a sumarnos a la oferta cultural que hay en Mérida. Queremos que siga creciendo y llegue al nivel que la ciudad merece».

Es la casa de seis monitores: Barjola con la música y la literatura, Esteban al teatro, Rubén Prieto al cortometraje, María José Guerrero con escena, Ana Gutiérrez danza con expresión corporal y Lucía Madera lleva toda la parte psicológica.

No es marzo el mejor mes para arrancar porque los calendarios ya están hechos, pero esperan despertar el interés de los aficionados a las artes escénicas y de los que conciban el teatro, la música o la danza como un enriquecimiento personal.

Barjola impartirá escritura creativa. Invita a todos los que quieran perder el miedo al folio en blanco. Tienen mucha experiencia en este tipo de grupos porque todos los que han hecho han funcionado muy bien.

Y como músico enseñará también canto colectivo. Coutry, pop y géneros contemporáneos con grupos reducidos cantando a dos o tres voces.

Por su experiencia como director escénico enseñará interpretación musical. En Extremadura, explica, no hay ninguna figura profesional que enseñe a interpretar a los músicos que hacen giras y conciertos. Esteban García Ballesteros quiere formar su particular tribu de perros verdes en la ciudad con grupos de interpretación.

Trabajar un mismo texto con diferentes métodos. Probando desde Stanislavski a Chejov y la interpretación en cámara. Para que aprendan a manejar todas las técnicas y que cada uno elija luego el camino que quiera.

Le lectura dramatizada es otra asignatura. No actúa el cuerpo, solo la voz.

María José Guerrero es actriz y profesora de teatro desde hace más de veinte años. Su grupo se llama la perrera. Dirigida a gente ajena al mundo escénico, pasarán por todo el proceso. Primero una lectura, luego creación de personajes, conflicto y una puesta en escena. Enseñará también a los niños de siete a trece años. Y habrá una específica para mujeres. El mismo grupo trabajará primero con Paco Barjola la escritura creativa sobre el mundo particular de cada una. Escribirán sobre sus frustraciones, triunfos o inseguridades. Luego pasarán al taller de cuerpo con Ana Gutiérrez en las que tratarán de expresar lo mismo que han escrito con el cuerpo. Y, por último, cogerán todo el material de danza y texto para levantar entre todas un montaje dándole forma teatral. Según cuenta María José Guerrero este triángulo de texto, cuerpo y teatro partiendo de la nada ya lo han hecho en otros sitios y ha gustado tanto a las participantes como a los monitores por el resultado final. Es gratificante, explica, ver como un grupo de mujeres muy diversas que no se habían acercado al teatro consiguen trabajar para montar una obra de la nada con la que se identifican tanto y para siempre.

Ana Gutiérrez, especializada en expresión corporal, enseñará en dos niveles; para los que ya saben algo de baile y para los que nunca lo han hecho y tienen ganas de intentarlo.

La psicóloga Lucía Madera también impartirá sesiones en el Perro Verde. Su idea es hacer sesiones en grupo para tratar emociones, duelos o vínculos y abordarlos practicando teatro.

Otra idea es ofrecer sesiones de reciclaje para los profesionales invitando a especialistas nacionales de la escena .

Ballesteros y Barjola abrieron ayer por primera vez las puertas de su Perro Verde a los vecinos de Mérida. Se comprometieron a trabajar para que sea un local distinto, de ahí el nombre, en la ciudad. Y en Pontezuelas esperan también colaborar con otros locales relacionados con la cultura y el arte que hay en la misma acera. También con coreógrafos y músicos de Mérida que buscan sede para compartir.