El superávit del Ayuntamiento de Mérida permite reducir la deuda bancaria a 11,8 millones

El Gobierno local de Mérida firmó el pasado año una amortización parcial de carácter extraordinario con BBVA -una de las dos entidades financieras con las que mantiene créditos abiertos- que permitirá saldar la totalidad del importe pendiente con este banco a 31 de agosto, es decir, dentro de diez días. A partir de esta fecha, el Ayuntamiento sólo deberá al Banco Santander 11,8 millones de euros.

Según relata a HOY Carmen Yáñez, delegada de Hacienda, esta mejoría en la salud financiera de la administración local ha sido posible gracias al superávit registrado en el ejercicio de 2022, dando continuidad a una gestión económica iniciada cuando el actual equipo de gobierno encabezado por Antonio Rodríguez Osuna llegó a la Alcaldía en 2015.

De los 34,7 millones del remanente de tesorería, el gobierno de Osuna destinó 1.742.650 euros a una amortización extraordinaria que, junto a los pagos corrientes estipulados en el contrato, posibilitará que la deuda viva se reduzca en 2,3 millones de euros con respecto a los datos registrados a cierre de 2023.

Entonces, el Ayuntamiento de la capital extremeña mantenía préstamos con BBVA y el Banco Santander por valor de 14,1 millones, 5,1 menos que a finales del año 2022.

No hay que olvidar que Mérida continúa desde 2012 en un Plan de Ajuste con el Ministerio de Hacienda, cuya finalización está inicialmente prevista en 2032. No se va a tener que esperar a esa fecha para 'liberarse' de ese plan que condiciona los presupuestos municipales. «Fue uno de nuestros compromisos electorales y lo vamos a cumplir», asevera con rotundidad.

No pone fecha a cuándo podrá ser posible, pero la legislatura finaliza en 2027 y deberán haberlo conseguido para entonces si quieren cumplir con su palabra. Antes hay que saldar el 100% de la deuda viva con las entidades bancarias y acometer una serie de actuaciones que también pasan por cumplir con los plazos de pago a proveedores.

 

Respecto a la demora de pago a proveedores por parte del Consistorio emeritense, según datos ofrecidos por la Tesorería, el Ayuntamiento de Mérida ha tardado, de media, 11,6 días en abonar el importe de las facturas en el mes de julio.

Para la delegada es un dato «magnífico», a pesar de que ha habido meses en los que ha estado entre los 6 y los 9 días.

«Se paga todas las semanas, pero las incidencias administrativas con las facturas y las vacaciones del personal en verano retrasan los trámites», argumenta. Asegura que desde el Consistorio llevan años sin desobedecer los plazos legales.

Una vez saldada la deuda con BBVA, el Gobierno local socialista no descarta llevar a cabo una nueva amortización extraordinaria antes de que finalice el año, también con parte del superávit de tesorería de la anualidad anterior. Su objetivo es continuar minimizando el préstamo que aún mantiene la entidad municipal.

Para ello, el Pleno deberá aprobar una modificación presupuestaria que reajuste el excedente de las cuentas de 2023. No obstante, aún es pronto para saberlo. Antes deberán comprobar qué cantidad del remanente no se ha ejecutado para destinarlo a una nueva amortización. El ejercicio económico anterior arrojó un superávit de 29,6 millones de euros, cinco menos que en 2022.