![Una tintorería romana bajo la avenida Fernández López de Mérida](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/07/16/aaaa-RqjR6W851tGZxAt0MT5SNxO-1200x840@Hoy.jpg)
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El Consorcio dedicó su última sesión de divulgación de este curso a la fullonica de la avenida José Fernández López. Se trata de un espacio industrial de época romana dedicado a lavar y tintar prendas. Son restos arqueológicos poco conocidos en la ciudad y excavados ... hace más de treinta años, pero que se han ido conociendo mejor con los seguimientos que se han hecho en los solares cercanos.
La previsión del Consorcio es adecuar lo que ya se excavó y prepararlos para una futura apertura al público. Ana María Bejarano, arqueóloga del Consorcio de Mérida, explicó en su conferencia que la fullonica se ubica en la zona más cercana al río, junto al límite de la muralla. Está, por tanto, perfectamente delimitado. Las excavaciones de 1990 la hicieron José Luis Mosquera y Juana Márquez por las obras para hacer viviendas en la avenida Fernández López. Se tiraron las casas antiguas, se levantó un bloque de pisos y los restos quedaron visibles.
El registro técnico que consiguen identificar muestra un estado de abandono en el bajo imperio y pozo séptico que tuvo uso hasta el siglo cuarto.
En una excavación posterior del Consorcio en un solar cercano de la calle Forner y Segarra número 33 en el 2022 aprovecharon para hacer limpieza y nueva planimetría en el entorno. Encontraron en esta equina la fase última de la habitación y bajo unas tejas un tesorillo. Es algo habitual que ya se ha visto en otras zonas excavadas de la ciudad encontrarse monedas de la época escondidas. La de este caso tienen poco valor para época y puede que fueran de los trabajadores de la lavandería. Macarena ', profesora de la Universidad de Granada que ha participado en varias excavaciones en Mérida, explicó también en la conferencia que una fullonica hace referencia a las instalaciones industriales relacionadas con la producción, conservación y reciclaje de los textiles en la época romana. En el contexto textil de la época, la lana era la materia prima más utilizada para la producción de prendas de vestir. Y de cómo era esa conversión del desecho animal hay varios ejemplos arqueológicos que se han registrado ya en Mérida.
Puso como ejemplo la profesora Macarena Bustamante el de la calle Almendralejo que está entre los números 56 y 60 y el Parador. Se encontraron allí piletas interconectadas para lavar la lana. Otro lavadero en Mérida fue el de Marquesa Pinares, frente al hotel. También con pilas de lavado enlazadas. Una vez que se producía la prenda, había que lavarla y teñirla para seguir usándola. La prolongación de esa prenda se hacía en la fullonica que se encuentra en Fernández López, a la altura de la subida por Forner y Segarra. Sería como una lavandería actual. Se lavaba y se blanqueaba la ropa, pero no se producían telares. Según explicó Macarena Bustamante hay evidencias para concluir que la estancia localizada y excavada en la esquina de Fernández López es una fullonica porque se sabe que la prenda debía ser lavada con productos y se machacaba con los pies. Y han delimitado los elementos circulares donde se pisoteaban cuando se hizo la acometida de gas en la avenida y se vio mejor el entorno del recinto romano.
Las prendas se blanqueaban con orines humanos guardados en un recipiente durante varios días. El orín fermentado generaba olores fuertes y en Fernández López se han encontrado recipientes con incesiarios. Que se utilizaban probablemente para disuadir el fuerte olor a orín alcalino fermentado. El enjuague se hacía en piletas interconectadas. Los orificios en el suelo que también vieron los arqueólogos junto a las pilas serían los tenderetes que se ponían para secar la ropa sobre las cañas. Otra fullonica parecida es la de la calle Calvario. En la excavación de seguimiento de obras consiguieron ver los arqueólogos entonces siete pilas y los canales que recogían el agua. No solo coinciden con Fernández López en la construcciones para recoger el agua, también con los jarrones que se usaban como incesiarios para mitigar el mal olor. La diferencia entre ambas estancias, según Macarena Bustamante, es que en la de la esquina con Forner y Segarra quizás también se uso como tintorería.
Sería una infectoria (dar color a una prenda). Desde el punto de vista arqueológico es muy difícil discernir, pero al estar las pilas en distintas alturas es muy probable que fuera porque querían evitar mezclar las prendas que estaban coloreándose. La investigación arqueología trata ahora de identificar a los clientes de esas tintorerías. Entre las tablillas de plomo de uno o dos centímetros con orificios e inscripciones que aparecieron cerca del Arco de Trajano hay una placa en la que se lee las palabras 'colores' y 'túnica'.
Las arqueólogas Bejarano y Bustamante forman parte de un proyecto de investigación sobre la cadena operativa textil en la antigüedad. En Mérida, hay más de dos mil instrumentos relacionados con este proceso.
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