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maría blanco cancho
Jueves, 22 de agosto 2019
Brillante. 'Tito Andrónico' demostró que con un escenario de lo más básico la carga dramática puede ser bestial. Le bastó un simple podio con dos mesas y una escalera, que iban cambiando conforme a las exigencias que pedía la obra en cada momento. Gracias al color del mobiliario y al juego de luces, el montaje pasó casi desapercibido haciendo parecer que formaba parte del Teatro Romano. Juan Sebastián Domínguez, sabiendo lo poco que necesita este escenario milenario, realizó esta fusión tan bien conseguida y se coronó como un gran conocedor del monumento emeritense.
Quizás al ser una compañía extremeña partieron con ventaja al saber que al público lo que le gusta es que se interactúe con el teatro, que le utilicen y jueguen con él. Fue el caso, por ejemplo, de los hijos de Tamora, Quirón y Demetrio, (Alberto Lucero y José F. Ramos respectivamente) cuando se subieron al pórtico y se colocaron entre las columnas, o cuando Lucio (Alberto Barahona) dando un discurso se dirigió a Ceres y la señaló.
La adaptación del texto de William Shakespeare, como epílogo del Festival de Mérida de este año, desprendió belleza en medio de tanto horror y violencia. Esto se consiguió gracias al lirismo que Nando López supo conservar en su versión actualizada.
Además, López enfatizó los toques feministas que ya el dramaturgo inglés infundió en la obra original. Se pudieron observar referencias a la lacra del machismo actual en conversaciones denigrantes contra la mujer.
La actriz Carmen Mayordomo, la reina goda Tamora, bordó un papel en el que se impuso como una emperatriz astuta e inteligente dejando a su marido Saturnino (Gabriel Moreno) relegado a un político ineficaz. Mayordomo tuvo momentos destacables. Como la conversación que ella y Lavinia mantuvieron, donde la joven le suplicaba clemencia ante las acciones deplorables que querían acometer contra ella.
Destacó también el monólogo de la goda Tamora, creación propia de López. Por último llamó la atención la figura de aspecto monstruoso que formaron ella junto con sus dos hijos, Quirón y Demetrio.
Sobresaliente fue la caracterización y maquillaje de Pepa Casado, así como el vestuario. Destaca el estremecedor momento en el que la actriz Lucía Fuengallego, haciendo el papel de Lavinia, tras haber sido violada, aparece con ropas desgarradas, llena sangre y manos cortadas, de las que salían unas ramas.
Su actuación fue sobrecogedora en el momento en el que intentaba comunicarse con su padre, pero no se podía expresar porque le habían cortado la lengua.
maría begoña mata, guipúzcoa
Al final, Lavinia pudo desvelar su horrible historia con la ayuda de un capítulo del libro que encontró sobre las metamorfosis de Ovidio. Desgarrador y bello a la vez.
La actuación de José Vicente Moirón fue soberbia dando vida a Tito Andrónico. Entre diálogo y diálogo Moirón regalaba momentos de silencio creando una tensión en el graderío propia del teatro clásico.
Para Tito, el honor, las leyes y la lealtad a Roma están incluso por encima de sus hijos, algo que evidencia con el asesinato que el mismo practica contra dos de ellos.
ANTONIO BANDERAS, BRASIL
Así vuelve a surgir la idea que ya aparece en Antígona sobre si hay que actuar conforme a los sentimientos o a las leyes. También hay que resaltar la actuación de Guillermo Serrano que hizo primero el papel de Mucio y después de Aarón, el moro amante de Tamora.
Hubo un momento de la obra en el que a Serrano se le cayó su micrófono, algo que incluso fue positivo, pues así pudo demostrar que para él no es ningún problema actuar sin micro, ya que se le escuchó sin ninguna dificultad por todo el teatro romano.
JOSÉ M. FERNÁNDEZ VEGA, almendralejo
El diseño de iluminación de Carlos Cremades potenció al máximo nivel la carga dramática. Hubo un momento en el que sobre el mismo escenario había, por un lado, una cueva iluminada de rojo en la que se suponía que Basiano, interpretado por el actor Sergio Adillo, estaba muerto y, justo al lado, iluminado de otro color, se encontraban los otros personajes buscándolo.
Además de verse reforzada la obra por la iluminación, también ayudó la composición musical de Antoni M. March.
Cada vez que moría un personaje se utilizó el recurso de teñirse la cara de rojo, gesto que dio más simbolismo a la representación.
No se puede dejar de nombrar la excelente colaboración de Cándido Gómez, así como la dirección de Antonio Castro Guijosa, uno de los mayores responsables de este éxito.
JUAN BARBELLIDO, ALBURQUERQUE
'Tito Andrónico' es una historia de venganza, violenta y sangrienta, pero toda esta crueldad va acompañada no solo de belleza textual, sino también de pequeñas dosis de humor en ciertos momentos de la obra, por lo que no se hace una historia agobiante o de terror.
Se trata más de una enseñanza a la sociedad, una enseñanza de que la venganza solo trae más venganza y la violencia más odio.
Con pausa incluida, de quince minutos, la obra se alargó cerca de unas tres horas en las que el público, lejos de aburrirse, estuvo en vilo en todo momento.
alexander martinez, vigo
Con cerca de 2.000 personas, no hubo un lleno completo como en las pasadas funciones. Quizá este dato sea positivo, pues eso demuestra que las obras anteriores se llenaron por ese 'famoseo patrio' que cierto crítico escribió en su día. La 65 edición del Festival de Mérida concluye el próximo domingo.
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