Un trabajador cae en un pozo de obra de seis metros de profundidad en Mérida

Un trabajador de 42 años ha caído este jueves en un pozo de obra de entre seis y ocho metros de profundidad mientras trabajaba en una construcción de la Avenida Juan Pablo II de Mérida.

Según informa el 112 Extremadura, el accidente laboral ha tenido lugar a las 9.03 horas. Los bomberos explican que han tenido que intervenir con el vehículo autoescala para rescatar al afectado, que iba caminando hacia atrás cuando cayó en el pozo.

En consecuencia, la víctima ha sufrido un trauma en la columna vertical y ha sido trasladada en estado «menos grave» al Hospital de Mérida.

Se han desplazado al lugar de los hechos una ambulancia del SES, efectivos de bomberos, efectivos de la Policía Nacional, y un técnico del Centro Extremeño de Seguridad y Salud Laboral, de la Dirección General de Trabajo.

Este miércoles, 5 de febrero, un accidente de trabajo le costó la vida a un hombre de 51 años en una nave del polígono El Nevero de Badajoz.

El fallecido es Vicente Campano, gerente y propietario de Comercial Vicam, la empresa dueña del inmueble, que quedó atrapado por una estructura metálica. El suceso ocurrió entre las doce y media y la una del mediodía, según calculan los trabajadores de las empresas próximas al lugar del siniestro.

Fueron sus vecinos de nave los que primero echaron de menos a Vicente en las horas centrales del día. Le habían visto entrar al interior del edificio y habían quedado con él para resolver, precisamente, el traspaso de la propiedad de este inmueble.

Sin embargo, no atendía a sus repetidas llamadas de teléfono y a sus intentos por ponerse en contacto con él. «Tenía la costumbre de cerrar la verja cuando estaba dentro, pero nos extrañó que no nos respondiera aunque tratamos de llamarle», afirmaban en las primeras horas de la tarde de este miércoles y todavía visiblemente afectados.

Como no tenían forma de acceder a la nave se pusieron en contacto telefónico con el hermano del fallecido, que cerca de las dos y media de la tarde acudió hasta las instalaciones. Fue al abrir la puerta, que también se encontraba cerrada, cuando pudo ver a Vicente al fondo de la nave en el suelo, con un fuerte golpe en la cabeza y bajo unas pesadas rejas de metal.

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