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Veinte mil paseos por Cornalvo

Vuelven los grupos. La primavera es la temporada alta en el parque natural, que empieza a recibir a excursionistas de toda Extremadura

A. GLGADO

Domingo, 20 de marzo 2022, 07:54

Los alumnos del Castelar de Badajoz estuvieron la semana pasada. También el Grupo Bejarano de Montaña o los escolares del colegio de Miajadas.

Poco a poco, la agenda del Parque Natural de Cornalvo se va llenando de excursionistas que quieren recorrer los senderos en mitad de la dehesa. Once mil hectáreas de campo abierto entre Mérida, Mirandilla, San Pedro, Guareña y Aljucén.

Mercedes Sánchez es técnica de Red Natura de la empresa pública Gpex y se encarga de recibir a los que se detienen en el centro de interpretación de la entrada por Trujillanos.

Cornalvo, explica, tiene una estacionalidad muy marcada. En primavera florece la dehesa y se llena de excursionistas. También gusta el otoño, para ver el campo tras las primeras lluvias. Atiende a diez mil visitantes al año y la estimación que hacen es que solo pasan por la recepción la mitad de los excursionistas totales. En Cornalvo estiman un aforo de veinte mil, o incluso más.

La previsión que manejan es de una primavera con muchos grupos por las temperaturas suaves. Cornalvo cumplirá pronto tres décadas como Parque Natural –en febrero de 1993– y en este tiempo se ha convertido en un referente para entender mejor el ecosistema de la dehesa.

Entre los veinte mil de esta temporada se encuentran Andrés Ortiz y María José Galindo, ciclistas experimentados de bici diaria. Llegan en coche hasta el aparcamiento de la presa y se hacen rutas de hasta quince kilómetros que van desde el embalse del Muelas –junto al observatorio de aves– para enlazar luego por los largos caminos de Sierra Bermeja. Hablan de desnivel asequible, piso cómodo y panorámica única. Les molesta sobremanera que algunos ciclistas tiren en el camino los envoltorios de los geles. «Nos cruzamos todos los días con algún ciclista, pero ahora en primavera hay muchos más, sobre todo grupos».

Aunque el observatorio del Muelas y la presa romana son los reclamos más conocidos, el enclave que más buscan los excursionistas es el Berrocal del Rugidero. Emerge sobre el camino un bloque de granito que aflora desde el suelo en el que penetra el agua cuando llueve como si fuera una caja de resonancia. Es el vídeo que todos graban cuando el arroyo se desborda minímamente.

Hasta el Rugidero se llega desde el aparcamiento del Mentidero y las formaciones graníticas por el entorno es otra excursión habitual. La ruta del Berrocal se hace en poco más de kilómetro y medio y hay agarres en las piedras para superar los desniveles más pronunciados.

El perímetro del embalse es la ruta recomendada para los colegios. No llega a siete kilómetros y en hora y media los grupos rodean la bolsa de agua que contiene la presa romana.

Una de las labores principales de Cornalvo, explica Mercedes, es la educación ambiental. El parque tiene una intensa programación y pone a disposición de los grupos educadores para explicar las zonas más reconocidas del parque a los grupos.

El sistema de trabajo de educación ambiental es muy sencillo. El Parque, a través de sus perfiles de redes sociales, anuncia una actividad y pone un número de teléfono para apuntarse.

La última fue el fin de semana pasado. Cornalvo se sumó a la convocatoria general que hicieron varios parques naturales para limpiar la basura que dejan excursionistas y visitantes.

Las batidas de limpieza voluntarias periódicas en Cornalvo son habituales. Lo hacen para concienciar a pesar de que no a todo el mundo le gusta recoger lo que dejan los demás. «Nosotros eso lo trabajamos mucho porque lo recordamos continuamente a los que entran. Y tenemos además un servicio de vigilancia y mantenimiento de las rutas que hace revisiones casi a diario de los puntos más visitados. Sabemos que los lunes y los días después de las fiestas siempre tenemos que salir a recoger».

Por lo general, explica, la gente que entra en el parque no deja restos, pero hay puntos críticos como los merenderos de las entradas en los que no siempre se recoge. Junto a la limpieza continua, en Cornalvo se encargan también de señalizar y mantener los caminos.

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