Ruben Fidalgo
Sábado, 28 de agosto 2021, 08:40
Es bastante frecuente escuchar aquello de «nunca le gustó el cambio automático, hasta que ha comprado uno y ahora no quiere volver a pisar un embrague nunca más». Lo cierto es que los cambios automáticos han mejorado mucho en los últimos tiempos y en este momento son muy recomendables. Además, tal y como está evolucionando el mercado y el tipo de propulsión, todo apunta a que los cambios manuales acabarán siendo algo exótico, reservado a algunos modelos deportivos y básicos.
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Los principales argumentos que hay tradicionalmente en contra de los coches automáticos son que el coste del coche, el aumento del consumo y que el funcionamiento era decepcionante para los que tenían cierto temperamento deportivo.
Con las modernas tecnologías estos tres argumentos cada vez tienen menos sentido. Hay cambios automáticos actuales tan eficientes, que gastan menos que las variantes manuales gracias a ventajas como la rueda libre o el mayor número de relaciones de cambio. Sólo el precio sigue siendo objetivamente más alto, pero no tanto como antes.
No sólo sus cualidades son mejores que nunca, hay otro motivo por el cual los cambios automáticos está claro que han venido para quedarse, la electrificación.
La electrificación del automóvil necesita del uso de cambios automáticos para hacer sistemas realmente eficientes. Por un lado, muchos híbridos e híbridos enchufables necesitan una caja de cambios automática para funcionar por que el motor de tracción va integrado dentro de la misma, pero es que, además, para conseguir la máxima eficiencia, el sistema híbrido tiene que poder decidir cuando acoplar uno u otro motor a la transmisión y la relación de cambio de la misma, algo que sólo es posible con cambios automáticos.
Por último, los coches eléctricos puros, ya sean con baterías o con pilas de hidrógeno, tampoco se desarrollan con cambios manuales. Lo normal es que ni siquiera tengan una caja de cambios propiamente dicha sino una desmultiplicación fija o, como mucho, dos posibles velocidades, como encontramos en modelos como el Porsche Taycan.
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Por si esto no nos pareciese suficiente, el siguiente paso en la evolución del automóvil es la conducción autónoma, que también requiere de cambios automáticos así que… sí, el futuro es claramente automático y el pedal del embrague acabará relegado a los museos.
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