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El apoyo a Donald Trump no solo divide a la actual dirección de Vox con una parte importante de su militancia, sino que también amenaza ... con sembrar la discordia entre las fuerzas que representan a la extrema derecha europea. Mientras el partido que lidera Santiago Abascal ha optado por una estrategia de alineamiento total con la nueva administración norteamericana, hay otras fuerzas que empiezan a marcar distancias tras las primeras semanas del magnate en el poder.
En concreto, el partido de Marine Le Pen, uno de los principales aliados de Vox, es quien más ha evidenciado su malestar con el rumbo emprendido por Trump. Primero fue Jordan Bardella, mano derecha de la líder francesa, el que anuló el discurso que tenía programado en la convención conservadora de Washington que se celebró el pasado febrero debido al gesto aparentemente nazi que realizó Steve Bannon, exasesor del actual presidente y uno de los principales ideólogos de su causa.
Un plante que, lejos de quedarse en una anécdota, supuso el preludio de un alejamiento que ha ido a más. La propia Le Pen se desmarcó abiertamente de Trump cuando este arremetió contra Zelenski y condenó la «brutalidad» de su decisión de retirar la ayuda militar a Ucrania. «Es muy cruel para los soldados ucranianos implicados en una defensa patriótica de su país», advirtió la líder histórica de Agrupación Nacional (RN).
Una posición que dista mucho de la mantenida por Vox, que ha comprado todas y cada una de las decisiones tomadas por Trump desde que accedió al cargo, convencido de que la proyección internacional de Abascal coloca al partido en un lugar privilegiado de cara al futuro.
Giorga Meloni, otra de las líderes europeas de las que Vox presume de ser aliado, tampoco ha querido entregarse por completo a Trump. De hecho, ha intentado durante mucho tiempo jugar a dos bandas actuando como puente entre la UE y EE UU, pero la virulencia del discurso del magnate le está obligando a hacer equilibrismos.
Caso distinto es el del primer ministro húngaro Viktor Orbán. Se trata del verso suelto de la UE y compite con Meloni por abanderar la extrema derecha europea. Fue el artífice de crear en Bruselas los Patriotas por Europa (PfE), espacio al que se sumó Vox tras abandonar, precisamente, el grupo de la líder italiana en el Parlamento Europeo: Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). El dirigente húngaro no ha dudado en posicionarse del lado de Trump en detrimento del resto de socios europeos.
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