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Mateo Balín
Madrid
Lunes, 14 de abril 2025, 00:03
Un vídeo de una cámara de seguridad privada y el volcado de la grabación de un sistema de escuchas dio un giro radical a la ... causa que instruye un juzgado de Madrid contra un policía acusado de un delito de homicidio doloso, ocurrido el pasado 29 de enero a plena luz del día en una transitada calle al norte de la capital. Las dos pruebas fueron incorporadas al sumario en dos tantas y desmintieron a ojos del juez la declaración interna presentada por el agente de la Udyco –la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Brigada de Policía Judicial– sobre los pormenores de la mortal intervención durante un seguimiento a un sospechoso.
Jojan Andrés Murillo, ciudadano español de 26 años originario de Colombia, estaba inmerso en una investigación por presunto tráfico de drogas cuando, sobre las 13:52 horas de la tarde del citado 29 de enero, un vehículo policial camuflado que le perseguía le dio el alto de forma brusca a la altura del número 16 de la calle Sinesio Delgado.
Dos agentes integrantes del Grupo XVIII de la Udyco se bajaron rápidamente de su coche y rodearon el Seat León que conducía Jojan Andrés a punta de pistola para proceder a su detención. En el transcurso de esa intervención una bala atravesó su cuerpo, del pecho a la espalda, y quedó incrustada en el asiento del conductor. La gravedad de la herida le causó la muerte a las 15:15 horas tras ser ingresado de urgencia en el hospital. Antes, permaneció tendido diez minutos en la acera después ser sacado a la fuerza del coche y esposado en el suelo con las manos en la espalda, según se aprecia en el vídeo al que ha tenido acceso este periódico.
La grabación de una cámara de seguridad privada instalada en las inmediaciones del número 16 de Sinesio Delgado, uno de los ejes viales del noroeste de Madrid, fue incorporada a la causa pocos días después del 29 de enero. Los detalles de la intervención que rebatieron la versión del agente imputado por homicidio dura poco más de un minuto. Frente al testimonio del encausado de que usó su arma «queriendo disparar al investigado para frenar su intento de huida, valorando además que estaba en riesgo su vida y la de su compañero» para evitar ser atropellados, el juez respondió en un auto dictado el pasado 3 de abril.
«El visionado de la grabación revela que no aparece en absoluto clara esa situación de riesgo vital a la que alude el agente, siendo por ello que la utilización del arma, disparando al investigado en vez de al vehículo, presentan características que hacen dudar seriamente de la corrección de su uso», recoge la resolución que, tras prestar éste declaración en el juzgado, le retira el arma oficial mientras no haya sentencia.
Pero además del vídeo, el abogado de la familia de Jojan Andrés Murillo, quien pese a estar investigado por tráfico de drogas no tenía «múltiples antecedentes penales», como se difundió en los medios de comunicación «según fuentes policiales», solicitó incorporar a la causa un segundo elemento de prueba: la grabación de la sonorización del vehículo del fallecido en el momento de los hechos.
Un dispositivo de escuchas colocado por miembros de la Udyco bajo autorización judicial en el marco de otro procedimiento abierto en un juzgado de Madrid. Un audio cuyo resultado contradice más si cabe la versión del agente imputado por homicidio y también la de su compañero, según sostiene la acusación particular.
Se trata de un segundo policía que también aparece grabado en el vídeo y su voz registrada en el audio, que mantiene la versión de que actuaron en legítima defensa, según el atestado policial incorporado a la causa. No solo porque la víctima mortal les intentó atropellar -alegaron-, sino también porque le vieron hacer un movimiento extraño hacia la guantera como si fuera a coger un arma, cuando en realidad no llevaba nada. Por este motivo, el abogado Juan Manuel Fernández ha pedido su citación en calidad de investigado como cómplice y, además, una serie de llamadas que hicieron los agentes al 112 para solicitar atención sanitaria urgente.
Según el audio de diez minutos, al que también ha tenido acceso este periódico, los dos policías sacaron a la fuerza a Jojan Andrés, herido ya de bala, y le exigieron que se pusiese «boca abajo y las putas manos a la espalda». Ante sus lamentos –«me ha dado, me ha dado», alcanza a decir–, el imputado le grita: «¡Me suda las pelotas!» e incide a su compañero en que éste le intentó atropellar para justificar su disparo, quizá a sabiendas de que el dispositivo de escucha colocado en el coche del fallecido le estaba grabando.
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