Con esta expresión celebramos que algo que se desea mucho, ocurra. Tras las lluvias de abril, mayo presenta una pluviosidad más escasa. Sin embargo, el ... agua es muy importante en este mes para el florecimiento de cereales y frutales. Por eso, cuando por fin la lluvia hace su presencia, los agricultores lo celebran.
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También los taurinos esperamos 'como agua de mayo' la vuelta de Morante de la Puebla a los ruedos, tras su imprevista retirada en junio de la pasada temporada. Y ello, sorprendentemente, tras cortar a 'Ligerito', de la ganadería charra de Domingo Hernández, dos orejas y un rabo en la Maestranza sevillana, saliendo por la puerta del Príncipe. Esta hazaña sólo la había hecho antes –52 años antes– el gran Francisco Ruiz Miguel, con el Miura 'Gallero'. En los 153 años de la historia del coso sevillano sólo se han cortado 23 rabos. El pueblo llevó a hombros al héroe hasta el hotel Colón. Pues bien, los aficionados podrán ver esta temporada al maestro Morante. En Extremadura, el 8 de marzo, en Olivenza, la meca del toreo extremeño.
Como ve el lector, en esta columna se idolatra a Morante. Actualmente hay excelentes toreros, con tauromaquias variadas. Pero ninguno resiste la comparación con el cigarrero. Es un torero que reúne técnica y arte, al servicio de faenas muy trabajadas. De la estética inicial ha evolucionado a la profundidad, a la hondura. No se ha quedado en un torero pinturero, de lances bellos pero aislados, como fueron Curro Romero o Rafael de Paula. Morante, por el contrario, torea todos los días y hace faenas completas, casi siempre bellísimas y emocionantes. Incluso sabe parear y rejonear. Además, todo ello con naturalidad, con la naturalidad con que anda o habla. Su tauromaquia reúne lo mejor de los creadores del toreo moderno: Belmonte, Joselito y Manolete. Su compañero de terna el 8 en Olivenza, el torrejoncillano Emilio de Justo, tampoco es manco en torería, siendo ya una figura consagrada. Estoy seguro que los detractores de la Fiesta lo son porque no han visto torear a Morante, empezando por el ministro de Cultura.
Pero es que, por si ello fuera poco, la personalidad de Morante de la Puebla es muy atractiva. Hombre con inquietudes culturales, indaga en la rica tradición taurina española, recuperando suertes antiguas (tafalleras, gaoneras...), vistiendo trajes de torear al modo antiguo, predominando en ellos el color azabache, usando medias blancas y no fucsias, utilizando corbatines anchos o recuperando el despacho de 'El Gallo'. Esto también lo hacía el inolvidable Luis Francisco Esplá. Su imagen fumando un 'cohiba' antes de torear, como hacía su amigo 'El Pana', o mucho antes Cúchares, Paquiro, Lagartijo o Guerrita, es rompedora. Hay más. La llegada a la plaza en calesa y no en furgoneta. Las patillas en su rostro. Rozar la testuz del toro con un pañuelo simulando secar las lagrimas del toro, como hacía su admirado Joselito. Fuera de los ruedos, su personalidad tampoco es convencional, como demuestran su afición al boxeo o a las peleas de gallos.
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