Luis Movilla fue alcalde de Badajoz seis años. De 1977 a 1979 por nombramiento gubernativo, y de 1979 a 1983 tras ganar las elecciones en el nuevo marco jurídico, por UCD, con mayoría absoluta. Aunque reducido ahora a la mitad su equipo de concejales, y ... lastrado por las trabas a la gestión que la nueva situación política generaba, realizó una gran labor cuyos efectos aún perduran.
Fue la etapa de los gobiernos municipales formados por profesionales acreditados y eficaces. Los Fernández Meleno, Fernández Chiralt, Abelardo Ortega, Antonio Guevara, José María Reino, Rodríguez Tejada, Fernando Belmonte, Manuel Trenado, Carlos Granado, Pajuelo, Sánchez Satrústegui, Rodríguez Mimbrero o Sánchez Escartín, trabajando al unísono sin percibir retribución alguna. En 1979 se incorporan por primera vez figuras femeninas tan activas como Marisa Nogués, Manoli Carmona o Natividad Ruiz Campins. Sus nombres y actuación aun se recuerdan, y cualquiera de ellos hubiera sido un buen alcalde.
Los logros de Movilla y su competente equipo son tan memorables como sus promotores. Todos de largo alcance, uno solo de ellos bastaría para justificar un mandato. En los seis años de aquel buen gobierno se promovieron, iniciaron o finalizaron la compra y cesión de terrenos para el Campus Universitario y el Hospital Infanta Cristina, ampliación del polígono del Nevero, cementerio nuevo, estación de autobuses, canalización de los arroyos Rivilla y Calamón, terminal civil del aeropuerto de Talavera la Real, complejo deportivo de la Granadilla, planta de tratamiento de residuos sólidos, nueva presa de la Peña del Águila en Villar del Rey y su conducción, depuradora de agua de La Luneta, traslado del cuartel de Menacho a la base de Bótoa, viviendas para absorber el chabolismo del Gurugú y Cerro de Reyes, consolidación del teatro López de Ayala, desmontaje y traslado del mercado metálico de la Plaza Alta al Campus Universitario, fundación de la Universidad Popular, creación de catorce colegios públicos, cuatro institutos, y otras muchas acciones, como otorgar la medalla de Oro de la Ciudad al periódico HOY para conmemorar los cincuenta años de su fundación.
Como se trataba de obras costosas de larga duración algunas se concluyeron e inauguraron cuando su iniciador ya no era alcalde. Como muestra de la mezquindad del juego político, a ninguna fue convocado, atribuyéndose las realizaciones su sucesor. Y en ninguna consta placa con su nombre.
A la hora de recordarlo en el callejero, el ayuntamiento, en la etapa de Miguel Celdrán, porque antes se le ignoró, le dedicó la moderna avenida que sigue a María Auxiliadora sobre la carretera de Olivenza a partir de la glorieta Isabel de Portugal. Una gran arteria acorde con el rango del titular. Digamos, como anécdota, que en ciertos planos la localización se aplica erróneamente no a la vía principal, sino a un paso auxiliar anejo dedicado a aparcamiento, lo que en algunos causa extrañeza, al considerarlo menoscabo para el gran alcalde.
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