Según Bismark, hay dos cosas que la gente no debe saber nunca cómo se hacen, porque sus entresijos provocan nauseas: las salchichas y las leyes. De haber vivido en la España actual, el canciller alemán hubiera añadido otras dos que también es mejor no conocer: ... las listas electorales ante unos comicios y la formación de ayuntamientos, gobiernos autonómicos, o de la propia nación, aplicando fórmulas Frankenstein.
La semana pasada, como cumplidamente viene informando este diario en números para guardar, se constituyeron en Extremadura las 388 corporaciones municipales salidas de las elecciones del 28 de mayo. O, por mejor decir, no de las elecciones, sino de los pactos que luego se establecen. Pues el trámite de las urnas tiene como segunda vuelta la fase de alianzas entre quienes se unen para detentar el poder. Alianzas que si en general son convenientes y entendibles, en ciertos casos resultan esperpénticas por lo burdo de los amaños que se urden para ocupar poltronas. Como el del dos más dos, que será muy legal, pero huele a apaño. De modo que muchos ayuntamientos no salen de las urnas, sino de la cocina posterior de sus resultados.
En Badajoz, solo las dos últimas corporaciones se formaron de esa manera, pues las anteriores se sustentaron en contundentes mayorías absolutas que hicieron innecesaria la cocina de las urnas, asegurando estabilidad a la gestión sin alterar lo salido de las votaciones.
Entre 1983 y 1991 Manuel Rojas presidió un gobierno del PSOE de esas características. Tras dimitir a poco de ganar la última vez, lo sustituyó su compañero Gabriel Montesinos hasta concluir el mandato. En 1995 gana las elecciones, también con mayoría absoluta, el Partido Popular, que con Miguel Celdrán como alcalde la mantiene cinco legislaturas. Tras revalidar la quinta en 2011, Celdrán dimite igualmente en 2013 y deja el puesto a Francisco Javier Fragoso, que sigue gobernando con mayoría absoluta hasta que en 2015 la pierde, quedando en 13 ediles, aunque mantiene la alcaldía con el apoyo de los dos de Ciudadanos. El PSOE logró 9 y Podemos 3. En 2019 el PSOE gana las elecciones con 12 concejales. El PP obtuvo 9, Ciudadanos 4, Vox 1 y Podemos 1. Según las urnas, la alcaldía correspondía al socialista Ricardo Cabezas por más votado, pero Francisco Javier Fragoso la retuvo aliándose con Ciudadanos mediante la fórmula de ocuparla dos años cada uno.
En el presente 2023 el Partido Popular, al que en precocinado de última hora se incorporan los concejales de Ciudadanos, y cuya candidatura encabeza el líder de este grupo, Ignacio Gragera, gana los comicios por mayoría absoluta con 14 ediles. El PSOE logra 10, Vox 3, y todos los demás quedan fuera, lo que evita la necesidad de alianzas de fogón posteriores que alteren lo hervido en las urnas. De modo que, para bien de Badajoz, la estabilidad del Ayuntamiento los próximos cuatro años está asegurada.
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