
Ocho prendas
Ahora llegan los aguafiestas de siempre –ecologistas, tremendistas y progres en general– con un ultimátum: no deberíamos comprar más de ocho prendas al año
Ana Zafra
Domingo, 13 de abril 2025, 23:19
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Ana Zafra
Domingo, 13 de abril 2025, 23:19
Ayer, Domingo de Ramos, «quien no estrena, no tiene manos», decían en mi pueblo. Refrán de un tiempo en que la Semana Santa marcaba el ... inicio de la estación de salir, disfrutar y lucirse. Las misas y procesiones de la Pasión iban cargadas de niños con prendas nuevas, «crecederas», que luego usarían en las comuniones de los primos, fiestas patronales y, allá para finales de agosto, cualquier domingo o feria de guardar. Era el consumismo de entonces: con su mismo vestido todo el verano.
Estrenar era un ritual y una ilusión repetida, como mucho, dos veces al año, aunque, en ocasiones, el estreno fuese un 're-styling', es decir un apaño, de alguna prenda heredada.
Inditex, la globalización y la sociedad de consumo abarataron la ropa y lo que comenzó como un alarde de universalización textil derivó en una inundación de cantidad paralela a una rebaja de calidad, especialmente de la mano de obra. Con precios cada vez más bajos –Shein: camisetas a un euro– empezamos a consumir más ropa que días teníamos para usarla y a adaptar el refranero: «En Black Friday, compre como un rey»; «Ya es primavera, compre usted la primera»; «En este otoño prendas cómodas para su… retoño».
¿Quién no se ha imaginado alguna vez saliendo de una tienda cargada de bolsas, como Julia Roberts en 'Pretty Woman', aunque la tienda fuese un Primark?
Y es que la «terapia de comprar» produce, según los expertos, un subidón de dopamina, la hormona de la felicidad, proporcionando una satisfacción inmediata y una sensación de poder derivada de conseguir lo deseado, aunque sea por un deseo que ignorábamos tener.
Y ahora llegan los aguafiestas de siempre –ecologistas, tremendistas y progres en general– con un ultimátum: no deberíamos comprar más de ocho prendas al año.
Afirmación que justifican con cifras:
–Consumimos 15 kilos de ropa por persona y año, lo que significa una tonelada a lo largo de nuestra vida.
–La producción textil representa el 10% de las emisiones de CO2 mundial.
–En algunos países africanos o el desierto de Atacama existen enormes vertederos de ropa usada.
Dicen, incluso, que la búsqueda consumista se debe a factores tales como baja autoestima, inseguridad o necesidad de aceptación social y hasta llaman enfermedad –oniomanía– a la tendencia a comprar de forma desmedida.
Servidora que, lo admito, también es bastante 'woke' –signifique lo que signifique– y un poquito rata y abraza ramalazos tan peligrosos como el ecologismo o el sentido común, ha decidido adscribirse a lo de comprar menos. Como nunca seré Julia Roberts, ni falta que me hace, he pensado que o bien cambio de actitud ante el espejo o bien cambio de espejo y pongo uno que me ratifique en la idea de que estoy estupenda incluso con el vestido de hace cinco temporadas.
E incluso personalizar ropa y refranes: «Domingo de Ramos, si no estrenas eres más sano»; «Si ya es primavera, en vez de a Zara, a la ribera».
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