Hace unos días vino reflejado en la prensa un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature sobre la dificultad de perder peso de forma ... permanente en pacientes obesos que lo habían logrado en una primera instancia por los diversos métodos existentes en la actualidad, como una dieta rigurosa o una cirugía bariátrica. Es el conocido como efecto «yoyó». No es algo que no supiéramos de antemano. Entonces ¿por qué se ha señalado su importancia en la mayoría de los medios de comunicación? Pues porque además de ratificarlo, se han investigado en dicho artículo los mecanismos que pueden estar implicados en esa «memoria de la obesidad» que hace muy difícil mantener la pérdida de peso, y es que existe un «efecto biológico intrínseco» subyacente (epigenética), independiente del esfuerzo o la voluntad.
Dentro de las diversas ciencias las hay que manejan datos que se llaman «duros» porque los resultados del experimento estudiado «siempre se cumplen», entre las que están las Ciencias Físicas (por ejemplo, la ley de gravedad). Pero otras disciplinas como las Ciencias Médicas, la Ciencia de la Meteorología o no digamos la Ciencia Económica, manejan datos más «blandos» que impiden asegurar que sus resultados tengan una seguridad absoluta, porque están sometidos a múltiples interacciones no previstas en la metodología del experimento. Sin embargo, siguen siendo ciencias porque están sometidas al rigor del «método científico», están revisados por personas expertas conocedoras del tema en cuestión (revisión por sus «pares») y los resultados se han comprobado siempre que se han repetido.
En los últimos tiempos se están escuchando y viendo una serie de afirmaciones que me ponen los vellos de punta. Por señalar algunas, están la negación o las dudas con las vacunas, con el cambio climático e incluso con la esfericidad de la tierra (la tierra es plana), sin ninguna base científica. Solamente por creencias personales o por artículos que no resisten el más mínimo análisis. Y están haciendo mella en un amplio sector de la población.
Parece como si estuviéramos asistiendo a un regreso progresivo a las tesis de hace varios siglos donde se buscaban explicaciones esotéricas a los fenómenos observados, se aceptaban sus consecuencias, o se señalaban a personas o situaciones no contrastadas como causantes de esos fenómenos, sin ningún resultado positivo e incluso realizando acciones absolutamente reprobables.
Para combatir todo esto se ha ido desarrollando, con el paso del tiempo, un método de estudio de los fenómenos observados conocido como «método científico». La ciencia, con mayúsculas, se ha ido convirtiendo de esta forma en una guía que ha permitido un progreso continuado y permanente de nuestra sociedad.
La ciencia se nutre, por tanto, de la observación y aceptación de la existencia de un problema (condición «sine qua non»), para desarrollar posteriormente las medidas adecuadas para su solución. En nuestro ejemplo de obesidad, citado al principio de este artículo, los autores confirman en primer lugar el efecto «yoyó» y al mismo tiempo indagan en las posibles causas que puedan explicar tal situación.
No obstante, es indudable que la ciencia no sigue siempre un camino recto y, a veces, algunos postulados científicos han cambiado porque, mediante estudios repetidos y mejor realizados, se han visto modificados por otros diferentes e incluso contrapuestos.
Por poner un ejemplo, me acuerdo en este momento, de cuando los médicos recomendábamos únicamente la ingesta de un huevo a la semana para evitar un aumento del colesterol en sangre. Esto provenía del hecho de que se sabe que la yema de un huevo tiene 300 mgr de colesterol y como los estudios mostraban que un colesterol mayor de 200 mgr en sangre implicaba un aumento de las enfermedades cardiovasculares, se infería, por sentido común pero sin ningún estudio al respecto, que si se tomaba un solo huevo cada día, era suficiente, de forma matemática, para superar esos niveles de colesterol no deseado.
Sin embargo, algo que hemos ido aprendiendo es que, en muchas ocasiones, el sentido común es importante en algunos contextos, pero en los casos biológicos, médicos, atmosféricos, etc.., puede llegar ser el menos común de los sentidos y conllevarnos a errores importantes.
Para ello, en el último cuarto del siglo pasado, se desarrolló lo que se conoce «medicina basada en la evidencia», por la que solamente se acepta como verídico aquello que se ha constatado en estudios científicos bien diseñados y realizados. Y en algunos casos, en contra de lo que parecía, algunos diagnósticos y terapias estudiados no se ajustaban a lo esperado por el sentido común. En el caso de los huevos, se demostró que tomar más de un huevo a la semana no solo no era dañino, sino que en muchos casos era beneficioso por otras propiedades que poseen estos alimentos.
A lo largo de mi vida profesional, que he desarrollado en la especialidad de Cardiología, he constatado el avance que se ha experimentado en los últimos 30 años, comprendiendo el alcance de las enfermedades cardiovasculares, afinando en su diagnóstico e implementando nuevos tratamientos con dispositivos eficaces (válvulas, stents, marcapasos, etc…), en su mayoría desarrollados por nuestros compañeros científicos ingenieros, que ha permitido disminuir la elevada mortalidad que generan estas enfermedades.
Para ello, el mensaje que quiero dejar con este modesto artículo de opinión es que no se deben sembrar dudas ni generar recelos sobre la capacidad de la ciencia en estudiar y resolver los problemas que aparecen en nuestra vida cotidiana y que muchos intentan destruir por motivos políticos, religiosos o por «sesgos de confirmación» (tendencia a buscar, interpretar y recordar información que confirme nuestras creencias o hipótesis preexistentes), porque pueden llegar a ser enormemente peligrosos para mejorar la sociedad en su conjunto y a cada individuo en particular.
No destruyamos el valor de la ciencia en aras de justificar algunos hechos y conductas cotidianos, porque si hay alguna respuesta definitoria y resolutiva, indudablemente va a venir de la mano de ella.
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