Retrato de Hernán Cortés del pintor mexicano Jo´e Salomé Pina

¿Bajar al conquistador del caballo?

¿Debieran España y Extremadura conmemorar los 500 años de la epopeya de Cortés? Se debería aprovechar esta ocasión para fortalecer los lazos fraternales que nos unen, como la lengua, la cultura, el arte y el folclore

TOMÁS CALVO BUEZAS

Jueves, 29 de julio 2021, 09:01

La metáfora «Bajar al conquistador del caballo» se convirtió en un eslogan en el V Centenario del Descubrimiento de América de 1992, en palabras del entonces presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien impulsó decididamente el americanismo a través del exitoso programa Enclave 92, favoreciendo ... el encuentro con países hermanos y cumpliendo el mandato de nuestro Estatuto de Autonomía. Pero ¿cuál fue el origen de esa frase? El 5 de mayo de 1979 el diario HOY publicó una entrevista hecha a mi persona tras mi ponencia en los Coloquios de Trujillo, cuyo titular llamativo fue «Hay que bajar al conquistador del caballo» y cuya frase fue desvirtuada por algunos, como lo explicita el subtítulo «...hay que buscar símbolos que nos hagan sentirnos hermanos... y opino que el símbolo del conquistador armado es el menos apropiado para ello... Hay que buscar otros símbolos, la lengua, la religión, arar la tierra junto a su mujer india y sus hijos mestizos». Por supuesto que estoy en contra de derribar físicamente estatuas, pues como he escrito «soy un gran admirador del Cortés que le dio más a la pluma que a la espada, que diseñó la ciudad de La Habana, que dialogó con los caciques indios y Moctezuma, que amó a mujeres indias, particularmente la Malintzin, de la que tuvo dos hijos mestizos que reconoció y honró».

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Pero ahora estamos en 2021, en que se cumplen 500 años desde que Hernán Cortés, junto a los pueblos indios sometidos al imperio azteca, conquistó un 13 de agosto de 1521 Tenochtitlán. Y la pregunta clave es ¿debe Extremadura-España-México celebrar-conmemorar-recordar este V Aniversario de la conquista de Cortés, que dio origen al México mestizo actual, a 300 años de historia colonial común y a múltiples vínculos de lengua, cultura, religión y cosmovisión civilizatoria? El debate polémico lo inició el 24 de marzo de 2019 el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con su carta al Rey y al Papa, solicitando que se «pida perdón a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos durante la conquista». Su exigencia motivó cientos de protestas irascibles y un debate abierto, como puede entreverse en mi carta al diario HOY el 30 de marzo de 2019. En México se hará memoria del V Centenario, derrota del emperador azteca Cuauhtémoc, pero se programará como uno más de los doce eventos a conmemorar en el año 2021, siendo uno de ellos los de los «700 años de la fundación de Tenochtitlan, la capital del imperio mexicano que actualmente es la Ciudad de México». Pero la principal y estelar conmemoración nacional e internacional en 2021 será la celebración festiva de la independencia de México del imperio español, que comenzó un 10 de septiembre de 1810 y terminó un 27 de septiembre de 1821. ¿Conclusión? Que la conmemoración del V aniversario del nacimiento de México mestizo indo-hispano quedará diluido, cuando no abominado y vituperado, al menos por algunos.

Posteriormente el presidente mexicano volvió en marzo de 2021, a la carga polémica, con estas ácidas palabras: «En cuanto a la justificación de esta invasión violenta, se recurrió a la gran excusa, siempre utilizada por grupos poderosos o potencias del mundo, a lo largo de la historia, del sometimiento de etnias, sociedades y naciones en nombre de la civilización, el destino o la superioridad racial, religiosa o cultural, que como con puede leer en los escritos de Hernán Cortés, consideraban que los indígena vivían en estado de barbarie». El contexto internacional de anticolonialismo visceral con el derribo de estatuas de Junípero Serra, Colón o Cervantes no parece el escenario más propicio para hacer memoria de estos centenarios. «En México no hay estatuas a Cortés que derribar», como expresa el historiador mexicano Enrique Krauze, pero el gobierno tiene vigilada la capilla de donde por propia voluntad fue trasladado tras su muerte, para que no sea profanada su sepultura. Son tiempos de odios tribales y nacionalismos ciegos, pero hay que seguir creyendo en el diálogo y en la hermandad universal humana. Los mexicanos podrían recordar lo que ellos mismos escribieron en su Plaza de las Tres Culturas «No fue triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es México de hoy».

Por la singularidad vital de Hernán Cortés, habría que aprovechar estas fechas para realzar el mestizaje civilizador indo-afro-hispano, que merece ser declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad

El Centenario del Descubrimiento de América buscó caminos de encuentro en 1992, como lo mostró el inicio en México y luego en España de las Cumbres Iberoamericanas y en Extremadura el encuentro de expresidentes iberoamericanos en Guadalupe en 1985.

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Por todo esto, es apropiado preguntarse, ¿debieran España y Extremadura conmemorar los 500 años de la epopeya de Cortés? Mi humilde opinión es que se debería aprovechar esta ocasión para fortalecer los lazos fraternales que nos unen, como la lengua, la cultura, el arte y el folclore, acordando para el futuro programas de cooperación, como sería en estos momentos de pandemia, contribución para las vacunas. Por la singularidad vital de Hernán Cortés, habría que aprovechar estas fechas para realzar el mestizaje civilizador indo-afro-hispano, que para algunos merece ser declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

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