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¿Solar? Sí, gracias, pero...
Begoña Martín Costa
Vocal de Fondenex, bióloga y experta en estudios de impacto ambiental
Jueves, 16 de mayo 2024, 07:44
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Begoña Martín Costa
Vocal de Fondenex, bióloga y experta en estudios de impacto ambiental
Jueves, 16 de mayo 2024, 07:44
Corría el año 1978 cuando los conservacionistas extremeños ya reivindicábamos el uso de la energía solar. Nos llamaron de todo: ignorantes, sin conocimientos técnicos, ilusos, enemigos del desarrollo, etc…
Quienes hoy alardean de «paladines» de la energía solar, entonces, bajo otros nombres, abominaban de la ... energía del «hermano sol», como diría San Francisco de Asís. Estas empresas estaban a lo que estaban: centrales nucleares, centrales hidroeléctricas, de carbón o de otros tipos contaminantes. Igual que Pablo de Tarso, camino de Damasco, cayó del caballo y cegado por el sol se entregó en vida y alma a Jesucristo, las compañías eléctricas cayeron «del burro» y, camino de la quiebra algunas, abrazaron con fe (económica) la energía solar.
Pues la primitiva sorpresa, la siguiente incredulidad y la final sospecha, se transformó en indignación hacia la actitud de unas empresas que siempre se han movido por un interés meramente comercial, económico, con tarifas escandalosas, sin importarles las familias en peligro de subsistencia ni la destrucción del medio ambiente.
Destruyeron los ríos más valiosos de España, como el Duero, con sus maravillosos «arribes», el Guadiana, con sus llanos de La Serena, y, especialmente, el Tajo, haciéndolo desaparecer como río, convirtiéndolo en una sucesión de embalses en tierras extremeñas: Cedillo, Alcántara, Torrejón y Valdecañas. Bajo sus aguas impresionantes bosques de galería, espesuras de monte mediterráneo, dehesas y hasta pueblos. ¿Qué les importaba la destrucción de todo este patrimonio natural y cultural a las compañías eléctricas? Nada. En sus reuniones de accionistas y consejos de administración, sólo se consideraban las ganancias.
Y ahora son «ultras» de la energía solar. Pinocho era más sincero que todas estas compañías. Ahora que las centrales nucleares se van cerrando; ahora que la UE no permite destrucción de hábitats naturales para construir nuevos embalses; ahora que se obliga a cerrar las centrales de carbón; ahora que se rechazan parques eólicos por su grave impacto ambiental, ahora quieren ser más del sol que el propio sol. ¿Pero seguimos los conservacionistas siendo partidarios de la energía solar? Pues claro, al menos Fondenex. Nosotros nunca hemos cambiado de opinión ni renunciado a nuestros principios. Eso sí, partidarios de lo que el gran filósofo ambientalista, el profesor Schumacher, dejó plasmado en la obra maravillosa 'Lo pequeño es hermoso'. Energía solar, sí, gracias, pero sin megaplantas, descentralizada, en manos de los particulares, ya sean edificios de viviendas o empresas, sin cientos de kilómetros de líneas de alta tensión.
Las grandes plantas solares que se han construido y se están construyendo en España, y en Extremadura especialmente, están destruyendo grandes superficies de dehesas y llanos, alterando los territorios de campeo y caza de muchas especies silvestres amenazadas, en el interior de espacios naturales protegidos, con grave afectación del paisaje, no solo por los cientos de miles de paneles dispuestos, sino por todas las obras de infraestructuras necesarias (caminos, edificios, tendidos eléctricos, etc…).
En Fondenex pensamos que muchas de estas instalaciones se han realizado con dudosas evaluaciones de impacto ambiental, y las DIA, declaraciones de impacto ambiental, en el umbral de la prevaricación administrativa. Y lo más triste, algunas entidades que se dicen ecologistas, ambientalistas o científicas están colaborando con este disparate, tergiversando datos, con estudios impresentables o aportando un significativo silencio, a pesar de ser consultadas, abandonando a su suerte a lo que más amamos: la naturaleza.
«Madre, yo al oro me humillo, él es mi amante y mi amado, pues de puro enamorado de continuo anda amarillo. Que pues doblón o sencillo hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es Don Dinero». Francisco de Quevedo, tuvo un sueño sobre las plantas solares…
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