Te leemos Múñez, le gritaban a menudo, y Múñez sonreía y cabeceaba agradecido, aunque nunca escribió una línea. Siempre fue fotógrafo y al mismo tiempo ... era el periódico, quien mejor transmitía lo que sucedía. El modo era accesorio, le 'leían', se informaban. Seguían con interés, como dijo Chesterton, que alguien había muerto sin que antes supieran que ese alguien estaba vivo, ¿o es que acaso sabíamos de la existencia de Mariúpol? Sí conocíamos Guernica, o la destrucción de Dresde con la guerra decidida, porque hubo periodistas que lo narraron, como otros han contado los días que nadie podía salir de casa para esquivar un virus. Es cierto, ha sucedido, y nunca se olvidará porque lo explicaron en el único soporte que siempre tendrá el buen periodismo, el de carne y hueso.
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