El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se fundó allá por el año 1879 como un partido de clase obrera con orientación ideológica marxista, que abandonó en 1979. Se mantiene como un partido de centro izquierda en el que los derechos sociales priman por encima de ... todo. El grupo con más presencia en todo el territorio nacional en los últimos años. Ha sido un partido de grandes acuerdos, desde los célebres pactos de la Moncloa hasta los más recientes sobre el terrorismo, la violencia de género y las pensiones. Pero su componenda con los comunistas y con los partidos separatistas Bildu y Esquerra Republicana ha dado lugar que en las últimas elecciones autonómicas y municipales hayan pasado factura al PSOE, perdiendo un gran número de ayuntamientos y comunidades. Estas alianzas han provocado que a su militancia le parezca un partido, con 144 años de historia, irreconocible en muchos de sus planteamientos y decisiones.
Un servidor en una tribuna en HOY, el 22 de febrero de 2021, afirmaba textualmente: «No sería extraño que asistiéramos al nombramiento del señor Otegi como ministro de asuntos Exteriores del Gobierno de España y al señor Oriol Junqueras como embajador de España en la Santa Sede, la embajada permanente más antigua del mundo». Los militantes y simpatizantes socialistas seguro que también advirtieron el craso error que se estaba cometiendo, pero tal vez estaban cómodos en sus sillones y vehículos oficiales y no levantaron la voz.
Todos los españoles deberían ejercer su derecho al voto siendo conscientes de que el proceso electoral en nuestro país está garantizado
Su secretario general, Pedro Sánchez, es un personaje peculiar. De hecho declara que le gusta la literatura esperpéntica. Muy popular, no pasa desapercibido en ningún escenario. Querido por unos y odiado por otros. Para mí es una persona muy astuta. Cuando participa en entrevistas y debates sale airoso, incluso con medios y personas no afines a su ideología. Locuaz y de fácil palabra, inclusive en el idioma inglés. No hace un solo movimiento por casualidad.
Cuento una experiencia personal. Cuando éramos niños, mi madre nos obligaba a mí y mis hermanos a ir a misa. Pero nos quedábamos jugando a los bolindres en las traseras de la iglesia, y cuando sonaban las campanas, que indicaban que la misa había finalizado, entrábamos un momento en la iglesia. Al llegar a casa la madre preguntaba ¿Habéis ido a misa? Nuestra respuesta era «venimos de la iglesia». Esa figura se conoce como restricción mental. Es una figura que Pedro Sánchez utiliza con frecuencia. Responde con una restricción mental a la cuestión que se le formula y, salvo excepciones manifiestas, no suele mentir en su respuesta. Si le preguntan por los ingredientes del gazpacho puede contestar que la paella está muy rica. No contesta a lo que se le ha preguntado. Pero ¿acaso la paella no está francamente sabrosa?
Hábilmente, ha convocado elecciones generales para evitar analizar su fracaso electoral. Sin escuchar a su ejecutiva federal e incluso sin convocar a su Consejo de Ministros, tal y como recoge el artículo 115 de la Constitución, para al menos notificárselo antes que al resto de los españoles.
Y el día elegido. ¿Ha pensado en el interés de su partido o en su ego personal? Difícil de saber. Lo que si está claro es que no ha pensado en sus ciudadanos. Muchos millones de españoles de vacaciones o de puente, al ser festivo el día 25 en muchos pueblos y comunidades. Cada familia debatiendo, con incertidumbres y dudas: ¿qué hacemos, votamos por correo, volvemos ese día para votar? Y aunque solicitemos el voto por correo ¿qué ocurre si nos toca estar en la mesa electoral?
El voto por correo es un proceso tedioso que conlleva pérdida de tiempo. No se suele estar en el domicilio cuando llega el cartero por lo que hay que desplazarse a la oficina de Correos a recoger las papeletas, para después volver y efectuar la entrega del voto. Un proceso muy costoso por el previsible gasto en combustible de los desplazamientos de los votantes y por los muchos millones de certificados que se deben de entregar; con parte del personal de Correos de vacaciones y con amenaza de huelga en el periodo electoral. Es fácil deducir que la afluencia de personas en estas elecciones será menor, tal vez pudiera ser ese el objetivo de la convocatoria, y todo ello avivado por las dudas que han surgido en las últimas elecciones celebradas con los votos por correo.
Sea de una forma u otra lo fundamental en democracia es votar, y aunque lo hayan puesto complicado, todos los españoles deberían ejercer su derecho al voto siendo conscientes de que el proceso electoral en nuestro país está garantizado.
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