Cáceres no es rica, es que no gasta
Análisis ·
Que te sobren 29 millones de euros de un presupuesto de 78 no es para sentirse orgulloso ni presumir de gestiónAnálisis ·
Que te sobren 29 millones de euros de un presupuesto de 78 no es para sentirse orgulloso ni presumir de gestiónEl Ayuntamiento de Cáceres ha liquidado 2023 con un remanente de tesorería de 29,3 millones de euros sobre un presupuesto de 78,5. ¿Qué significa esto? ¿Es el fruto de una buena gestión? ¿Es tan rico el Consistorio cacereño que le sobran los ... millones a puñados? ¿Está bien dedicar más de una tercera parte a dejar a cero la deuda con los bancos? Vamos por partes.
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El remanente no es ni más ni menos que el dinero que le queda disponible a una administración pública después de haber liquidado el ejercicio anterior, es decir, lo que no se gastó cuando estaba previsto hacerlo. Una cantidad tan desproporcionada (un 37 por ciento del presupuesto total, casi el doble que el año anterior) significa que los presupuestos para 2023 –que por cierto estaban prorrogados– o eran irreales o no se gestionaron de manera eficaz. Probablemente ambas cosas, ninguna de ellas para sentirse orgulloso ni para presumir de gestión. A menos que se debiera a un incremento inesperado de los ingresos, cosa que no ha ocurrido, lo que este remanente tan elevado indica es que muchas de las inversiones que estaban previstas no se han hecho y que hay proyectos que se han quedado en un cajón. ¿Quién es el responsable? Las cuentas eran del PSOE, como decimos, prorrogadas desde 2022, pero en el segundo semestre del año, que es cuando se suele ejecutar la mayor parte del gasto, las gestionó el PP, así que cada cual que saque sus conclusiones.
Lo que sí es responsabilidad exclusiva del gobierno de Rafael Mateos es lo que ha decidido hacer ahora con ese dinero que ha sobrado. 29 millones de euros dan para mucho en una ciudad pequeña con tantas carencias que cubrir como Cáceres y, en efecto, el Ayuntamiento ha optado por elaborar un paquete de inversiones de 13,8 millones, ninguna de ellas muy llamativa, que van desde mejoras en los barrios hasta el reconocimiento del cien por cien de la carrera profesional de los funcionarios, sin olvidarse de asuntos como la seguridad, la limpieza, el arreglo de instalaciones municipales, el deporte o la cultura. Bienvenidas sean, aunque resulte un tanto tramposo querer hacer pasar por inversiones nuevas lo que se va a pagar con el dinero que se tenía que haber gastado el año pasado y se quedó en la cuenta corriente.
Pero el gobierno de Mateos también ha decidido, y esta parte es discutible, dedicar más de una tercera parte del remanente, nada menos que 11,4 millones de euros, a liquidar sus créditos bancarios. El PP argumenta que esto le va a permitir ahorrar cerca de medio millón anual en intereses y situar al Consistorio en ese nirvana del liberalismo económico que es la deuda cero de las administraciones públicas. Igual de lícito es pensar que ese dinero estaría mejor empleado en hacer cosas para la ciudad, porque mantener una deuda municipal razonable y controlada que redunde en más y mejores servicios para los ciudadanos también forma parte de la buena gestión de un ayuntamiento.
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