
El drama de alquilar en Cáceres
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Los precios y los abusos siguen al alza mientras las posibles medidas correctoras o no existen o van con retrasoAlquilar en Cáceres es un drama. Puede que no llegue todavía a los niveles escandalosos de algunas grandes capitales, pero sin duda es la ciudad ... extremeña donde intentar conseguir un piso digno resulta más difícil, caro y, digámoslo, hasta humillante. Precios disparados que siguen al alza y abusos de todo tipo que denuncian inquilinos desprotegidos bajo la ley implacable del «lo tomas o lo dejas», sometidos a auténticos 'castings' por parte de propietarios e inmobiliarias para conseguir simplemente acceso a una visita, dibujan un panorama desalentador mientras las tímidas medidas correctoras que podrían plantear algunas administraciones o no existen o van con retraso.
Hace unos días comenzó por fin la obra de las 87 viviendas de alquiler asequible que va a construir la Junta con fondos del Plan de Recuperación y Resiliencia en una parcela de Casa Plata cedida por el Ayuntamiento. Son pisos de tamaño medio, unos ochenta metros cuadrados, que costarán entre 450 y 500 euros al mes, que era lo normal hasta hace poco pero que hoy en día se ve como una ganga en una ciudad en la que arrendar algo parecido en el mercado libre se va ya por encima de los 700 u 800 euros. Lo que pasa es que harían falta varias promociones como esa para conseguir un impacto apreciable en los precios, aunque menos da una piedra. Al menos 87 familias, la mayoría de ellas jóvenes, podrán iniciar un proyecto de vida que no se vea condicionado desde el primer minuto por el monstruo de un alquiler que devora la mayor parte de sus ingresos.
Se han anunciado además en los últimos meses nuevos proyectos de vivienda protegida, la mayor parte de ellas en El Junquillo, algo también necesario porque quienes optan por la compra en vez del alquiler se están encontrado en Cáceres con unos precios que ya alcanzan o superan los de la burbuja inmobiliaria previa a la crisis de 2008.
Ni la Junta de Extremadura ni el Ayuntamiento consideran que Cáceres deba solicitar por ahora la declaración como zona tensionada, una figura de la nueva Ley de Vivienda que permite establecer un precio máximo en los alquileres. Tampoco creen necesario, y así lo ha dicho reiteradamente el alcalde, que la futura ordenanza municipal de alojamientos turísticos deba imponer límites a la proliferación de pisos de alquiler vacacional más allá de los que fija el actual plan de urbanismo. Hay ciudades que sí lo están haciendo, y no solo por controlar el precio de los alquileres, sino por luchar contra la famosa gentrificación, un fenómeno que nuestros gobernantes ven aún ajeno a Cáceres. Aquí se sigue creyendo en que la oferta y la demanda siempre opera su 'magia' y que el intervencionismo solo sirve para empeorar las cosas, aunque el mercado continúa expulsando a gente que no puede permitirse pagar los precios que se están alcanzando y se ve obligada a compartir piso o a conformarse con lo peor del parque de viviendas cacereño. La cuerda se sigue estirando.
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