La eterna promesa de suelo industrial
Análisis ·
Cáceres lleva décadas esperando terrenos listos para acoger empresas como los que ahora anuncian el Ayuntamiento y la JuntaAnálisis ·
Cáceres lleva décadas esperando terrenos listos para acoger empresas como los que ahora anuncian el Ayuntamiento y la JuntaDesde varios sectores, sobre todo el empresarial, se viene alertando hace tiempo de que las dos principales ciudades de la provincia de Cáceres se han quedado muy atrás en el desarrollo de suelo industrial en relación a otras localidades extremeñas, que cuentan con extensos polígonos ... urbanizados y ya listos para acoger empresas. En Cáceres y Plasencia no es así. Las áreas industriales son viejas, pequeñas y están saturadas. Es difícil entender los motivos por los que ni los gobernantes de estas dos ciudades ni la Junta de Extremadura han hecho apenas nada para promover la ampliación de su suelo industrial, en una época además en que la región pretende generar un efecto llamada para empresas de la llamada 'revolución verde'.
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En el caso de Cáceres, desde hace más de dos décadas se viene hablando de una ampliación del polígono Capellanías que nunca llega y que ha dejado caducar los expedientes. Hay en marcha una iniciativa privada, CC Green, para crear un ecopolígono con un gran centro de procesamiento de datos como proyecto estrella, pero es tan incipiente que ni siquiera cuenta aún con financiación ni con el visto bueno del Gobierno para instalar la potencia eléctrica necesaria.
El anterior alcalde, Luis Salaya, propuso en 2022 iniciar un «proceso participativo» para incluir más suelo industrial en el plan de urbanismo, del que nunca más se supo, y ahora es Rafael Mateos quien ha anunciado que el Ayuntamiento adquirirá unas 100 hectáreas de suelo industrial ya existente y se lo cederá a la Junta de Extremadura para que lo desarrolle y comercialice a través de Avante. Es decir, que otra vez empezamos desde cero.
Como suele pasar casi siempre que se hacen anuncios de este tipo, ha venido acompañado de una previsión de plazos, en este caso por parte del consejero de Economía, que ha dicho que ese nuevo polígono industrial estará listo para recibir empresas antes de que termine la legislatura, es decir, en junio de 2027. ¿Qué necesidad hay de levantar falsas expectativas a sabiendas de que es imposible cumplir con esos tiempos, por completo fuera de la realidad? Lo único que se consigue es que el anuncio de una iniciativa pública muy necesaria para el futuro desarrollo de Cáceres suene a lo de siempre, es decir, a cuentacuentos y castillos en el aire. ¿No sería mucho mejor decir: «Tenemos la intención firme de hacer esto, pero sepan que llevará tiempo y no nos podemos comprometer ahora a dar un plazo concreto porque se trata de un procedimiento urbanístico muy complejo»? ¿Por qué siguen tratando a los ciudadanos como a niños que solo son capaces de valorar el aquí y el ahora?
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El nuevo polígono es imprescindible porque, según han dicho más de una vez tanto el alcalde actual como el anterior, hay empresas relevantes que se han interesado por instalarse en Cáceres y no lo han hecho por no haber suelo industrial desarrollado. No sabemos qué empresas son, si bien la existencia de una demanda previa es un requisito que pone la Junta para realizar la inversión de urbanizar el suelo. El Gobierno regional tendría que explicar por qué se le pone a Cáceres esa condición que no se aplicó a otras ciudades como Badajoz, Mérida o Navalmoral de la Mata, donde se han desarrollado inmensos espacios industriales sin tenerlos comprometidos de antemano.
Es precisamente la existencia de suelo asequible y listo para construir lo que atrae las empresas. ¿Alguien cree que Envision hubiera elegido Navalmoral de la Mata para su gigafactoría si no hubiera contado ya con una gran extensión de terreno industrial urbanizado? Por cierto, Expacionavalmoral es un polígono que comenzó a proyectarse en tiempos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, por si alguien quiere hacer las cuentas y compararlas con los plazos dados para Cáceres por el consejero de Economía.
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El gobierno municipal cacereño no ha dicho aún si la adquisición del suelo industrial, que se encuentra en gran parte en manos de fundaciones, se hará mediante compra directa, permutas o algún otro tipo de mecanismo, ni tampoco cómo la pretende financiar. Lo que sí hay que pedirle a Rafael Mateos y a Guillermo Santamaría es que se pongan de inmediato manos a a obra y tengan la suficiente amplitud de miras para asumir que, si consiguen sacar adelante el nuevo polígono, serán otros los que corten la cinta el día de la inauguración.
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