La mina de litio no encuentra obstáculos

Quedan definitivamente atrás los tiempos en los que el pleno municipal de Cáceres aprobaba resoluciones contra la mina, Elena Nevado la menospreciaba diciendo que crearía menos empleo que una pizzería y Luis Salaya amenazaba con dimitir si salía adelante. El cambio de postura de los dirigentes locales (los de la Junta nunca se opusieron abiertamente), y también de buena parte de la sociedad cacereña, comenzó a fraguarse en octubre de 2021, cuando la empresa anunció que renunciaba a la explotación a cielo abierto a cambio de una cien por cien subterránea, con la consiguiente reducción del impacto medioambiental. El mensaje tardó unos meses en calar mientras los directivos de Infinity Lithium emprendían una agresiva campaña de comunicación para dar a conocer sus nuevos planes en todas las instancias posibles. Los primeros en dar su apoyo expreso fueron colectivos empresariales, pero la firma australiana necesitaba llegar a los centros de decisión del poder local. Lo consiguió cuando en mayo de 2022 el entonces alcalde, Luis Salaya, que incluso había participado con anterioridad en movilizaciones antimina, accedió por fin a mantener una reunión con Infinity tras la cual, si bien no respaldó abiertamente el proyecto, sí admitió que una explotación subterránea sería claramente menos dañina. Fue el inicio de su ruptura con la plataforma Salvemos la Montaña.

Tanto en la campaña electoral que vino después para las municipales de 2023 como una vez convertido en alcalde, Rafael Mateos siempre se ha negado a opinar en público sobre si está a favor o en contra de la mina de Valdeflores con al argumento de que su puesta en marcha no es algo que dependa de la voluntad política, sino de que el proyecto cumpla con los requisitos urbanísticos y medioambientales que exige la ley. De manera que son los hechos los que hablan por él, y la realidad incontestable es que los dos informes emitidos por el Ayuntamiento bajo su mandato son favorables a los planes de Infinity. El segundo de ellos, el relativo a la declaración de interés regional, contribuye además a acelerar el procedimiento porque los Premia tienen tratamiento preferente y urgente para la Junta.

La mina de Valdeflores ha encontrado en el Consistorio cacereño, quizás no un aliado incondicional, pero sí al menos un administrador que no parece interesado en maniobrar para que el proyecto fracase. Con eso le basta.