El Ayuntamiento de Cáceres ha anunciado que está buscando la manera de premiar a los ciudadanos que reciclan bonificándoles la nueva tasa de ... basura impuesta por la Unión Europea. ¿Cómo saber quién recicla y quién no? Hasta ahora era complicado, pero con la apertura electrónica mediante tarjeta personalizada que se va a implantar en breve en los nuevos contenedores marrones para residuos orgánicos, junto a otros sistemas avanzados que se están consultando con empresas tecnológicas y la Cámara de Comercio, parece que será posible distinguir a quienes lo hacen bien de los que siguen actuando como si eso del medio ambiente no fuera con ellos, ya sea por egoísmo, pereza, negacionismo cerril o todo al mismo tiempo.
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De momento, estas bonificaciones sobre la tasa de basuras, que los ayuntamientos deberán aplicar a partir del próximo 10 de abril por imperativo de Bruselas, son tan solo una propuesta y habrá que ver si el gobierno municipal de Rafael Mateos consigue llevarlas a cabo. En cualquier caso, siempre será una buena idea premiar los comportamientos cívicos, y no solo castigar los que degradan la convivencia. Refuerzo positivo mejor que represalias, que pocas veces resultan eficaces para modificar las conductas antisociales a largo plazo.
Se sabe que para crear comunidades sanas y eficientes debemos actuar en la esfera pública de tal manera que, si todos nos comportamos así, las cosas funcionen. Inculcar ese principio tan obvio debería ser un objetivo fundamental para cualquier educador, incluidos los padres de familia. Se trata de poner por delante el bien común, aun a costa de asumir pequeños sacrificios personales. Pero qué lejos estamos de eso, no ya comparados con culturas como la japonesa, sino incluso con la nuestra, la de aquí, antes de que sucumbiera al implacable individualismo. Yo y los míos, y todo lo demás no importa. Satisfacer aquí y ahora a costa de quien sea mis necesidades, que la mayor parte de las veces no pasan de ser simples caprichos de niños malcriados. ¿Qué otra cosa si no es ir en el autobús con el altavoz del móvil a todo volumen, dejar el coche en la plaza para discapacitados porque «solo es un minuto» o tirar la basura en el contenedor que te dé la gana?
Ojalá el Ayuntamiento encuentre el modo de sacar adelante más iniciativas como la de premiar a quienes reciclan, aunque solo sea para que los muchos cacereños que hacen las cosas bien, en silencio y con discreción, se sientan un poquito reconocidos, y como pobres pardillos, por quienes tienen la responsabilidad de velar por la convivencia.
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