Soy de los que piensan que el nacionalismo, la reivindicación de la identidad por encima de todas las cosas, tiene un punto de catetada y ... otro de xenofobia. Y solo dependiendo de hacia qué lado se balancee puede ser algo inofensivo o peligroso. La marca blanca de esto es el localismo, que en la versión tierna supone discutir a lo sumo qué virgen es más milagrera o qué fiesta es la más sabrosa, pero que en la vertiente política supone apelar a los bajos instintos del ciudadano para captar su atención, que es lo mismo que decir su voto.
Publicidad
El nuevo alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, ha tirado por la trocha sabedor de que solo tiene medio partido para remontar el resultado. Con dos años de legislatura para consolidarse y formando parte de Ciudadanos, un partido moribundo, es complicado reprocharle desde el punto de vista estratégico que no haya dudado en pulsar el botón del victimismo y el del supuesto maltrato de la Junta de Mérida hacia la capital para ganar en visibilidad, en los medios de comunicación y ante sus convecinos, para quien todavía es alguien poco conocido.
Gragera se ha subido con entusiasmo al club de los agraviados. Primero con el centro de energías renovables, del que nadie se había vuelto a acordar en los últimos diez años hasta que se anunció una dotación similar en el nombre, diferente en el contenido, en Cáceres; y esta semana ha sido a cuenta del órgano jurídico heredero del consejo consultivo, unas oficinas con varios empleados públicos en definitiva, que ni genera riqueza ni sirve de promoción de la ciudad ni nada similar. La cosa es enarbolar la bandera del localismo que, como escribía en estas mismas páginas el pasado jueves Marcelo Sánchez-Oro, suele desencadenar una serie de reacciones que se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban.
El sociólogo cacereño rebatía en su artículo, con unas pocas cifras bien traídas, el mantra del desequilibrio de inversiones públicas entre las dos provincias, con perjuicio para la de Cáceres según el imaginario colectivo. Porque, eso es verdad, Gragera no es el primero ni será el último que utilice el victimismo para moldearse una imagen de político reivindicativo y esconder, de paso, las carencias de los gobernantes, de la propia sociedad civil, o de ambos a la vez.
Publicidad
Sánchez-Oro no encontrará a muchas personas que apoyen su opinión en Cáceres, pero esgrimir siempre que se puede que si no se consiguen más inversiones para tu municipio es por el agravio comparativo en el que incurren los otros, es siempre una demostración de fragilidad política y regate en corto populista.
El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, también llamaba la atención esta semana sobre el poco caso que sus compañeros de la Junta le han hecho a la hora de rescatar el antiguo cine María Luisa para convertirlo en nuevo foco cultural. Pero su tono nunca es victimista, eso es cierto; Osuna siempre suena a retador, a cantar las verdades, quiero decir, su verdad. Es probable que el hecho de que se haya encargado un informe para ver los efectos de tanto concierto en el Teatro Romano también influyera en sus declaraciones críticas de estos días con la Consejería de Cultura, pero más allá de eso es la demostración palpable de que lo de compartir siglas a veces tampoco frena el sentimiento de agravio.
Publicidad
Y, en fin, en Plasencia su alcalde, Fernando Pizarro, ya tiene interiorizada la estrategia de, como decía Sánchez-Oro de nuevo, inflamar la vena localista para justificar lo que no funciona o puede hacerlo mejor. Si tantos lo hacen y no digo yo que la estrategia no arroje buenos resultados, por qué no iba a practicarla el último en llegar.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.