España es el único país del mundo con un Plan de Cierre Nuclear, una decisión unilateral e irresponsable de Pedro Sánchez, otra más en su ... interminable catálogo. Su descabellado plan es contrario al mandato del Congreso y del Senado y es un suicidio energético en toda su dimensión.
La apuesta por la energía nuclear es mundial, 32 países mantienen sus centrales nucleares y 30 países las están construyendo o las van a construir. Alemania, Bélgica o Corea del Sur están revirtiendo sus planes de cierre, pero la España de Pedro Sánchez es la única excepción que confirma la regla.
La regla de la sinrazón, de imponer la agenda del «caiga quien caiga» para que al Gobierno le sigan saliendo sus cuentas de mantenerse a cualquier precio, aunque el precio sean decisiones irreversibles y lesivas para el futuro de nuestra autonomía energética y para la competitividad de nuestras empresas.
El Plan de Cierre Nuclear de Sánchez empieza en «Extremadura, por supuesto, con Almaraz I y II» en palabras de la nueva ministra de Transición Energética y será la ruina económica y social de las zonas afectadas.
Por eso, basta de engaños, no se puede ignorar que el conjunto de la industria nuclear da trabajo a 28.500 españoles y que tiene un impacto en el PIB de 3.000 millones de euros anuales.
No hay alternativas ni para las zonas condenadas al cierre decretado ni para el sector energético, salvo que queramos aumentar la dependencia hacia otras fuentes de energía altamente contaminantes y queramos seguir multiplicando el recibo de la luz. Solo la Central Nuclear de Almaraz produce el 7% de la energía de todo el país, el equivalente a 4.000.000 hogares.
Basta de engaños. El Plan de Cierre Nuclear de Sánchez va a disparar los precios del mercado eléctrico y lo sufriremos consumidores porque dejará de generarse energía nuclear barata y sin emisiones para ser sustituida por energía más cara y con emisiones. Descabellado.
Descabellado porque la energía nuclear, que representa más del 20% de la electricidad que se genera en España, es imprescindible para que la transición hacia una Europa y una España descarbonizada repercuta lo menos posible en la economía y en el bienestar de los ciudadanos.
Basta de engaños, no es una decisión de las empresas propietarias, es falso. Sánchez ha castigado a la energía nuclear con una fiscalidad excesiva, redundante y discriminatoria haciendo inviable su continuidad. El sector nuclear en España afronta una presión fiscal que ha aumentado más del 70% en los cinco últimos años.
Basta de engaños, el Plan de Cierre Nuclear de Sánchez ignora las garantías de seguridad y la experiencia acumulada del sector, nuestras centrales nucleares encabezan todos los rankings de seguridad y excelencia a nivel mundial.
Basta de engaños, el Plan de Cierre Nuclear está jugando con la viabilidad del sistema energético nacional. Estamos hablando de la estabilidad, de la seguridad del suministro eléctrico y de que se agravaría el riesgo de apagón eléctrico.
Basta de engaños, esta decisión es contraria a la estrategia energética europea. La vicepresidenta Rivera defiende hoy en Bruselas la energía nuclear después de haber decretado su desmantelamiento en España.
La UE prevé que la demanda eléctrica se duplique en el período 2025-2050, lo que obliga a incrementar la producción de energía eléctrica libre de emisión de carbono. La energía nuclear no puede sustituirse íntegramente por energías renovables por lo intermitente de las mismas y el escaso desarrollo de instalaciones de almacenamiento
Por tanto, que quede claro, el cierre nuclear nos aboca a una mayor dependencia de los combustibles fósiles y de terceros países en un escenario de multiplicarse la demanda eléctrica. Los desinformados deberían leer el 'informe Draghi' porque es una enmienda de totalidad a los planes del Gobierno en su apuesta por una transición ecológica dura y sin energía nuclear.
El Congreso de los Diputados y el Senado ya han dicho sí a la energía nuclear, han dicho sí a la prórroga de Almaraz y del resto de centrales nucleares y han dicho sí a garantizar la sostenibilidad económica de las mismas frente a un Gobierno que ha impuesto un marco legal y tributario orientado a estrangular su viabilidad. Y esto no lo puede obviar ni el mismísimo Sánchez en su deriva antidemocrática y de ninguneo al Parlamento que le exige rectificar.
Lo que Alberto Núñez Feijóo ha anunciado esta semana es blindar esta exigencia con una Proposición de Ley que sea vinculante para el Gobierno. Todo lo que esté en nuestra mano estará en la agenda parlamentaria del Partido Popular para garantizar la continuidad de la energía nuclear en España.
«Empezamos por Almaraz, Extremadura, por supuesto», porque es un suicidio energético y Almaraz tiene que ser una bandera no sólo para Extremadura, sino para toda España.
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