Poíesis, palabra griega de tanto calado, que hasta un día tiene en sí encerrado. Significa creación, producción, de verbo sonoro y robusto, «poiéo» indicativo de ... hacer o crear, formar, inventar, alumbrar tantos sentimientos y emociones en cada verso que el hecho solo de pensarlo confina en sí la sublevación de la persona contra la razón cotidiana.
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Porque poesía, acaso no todos la tenemos dentro, independiente de estudio, habla de sentimiento, de alma, de sensibilidad y eso sí todos la tenemos, la guardamos y la exteriorizamos como cada uno explaye sus ideas, como cada uno conciba su pensamiento, como cada cual respire ese aliento. Como decía, guarda un día, aunque yo dejaría una semana entera, no es en equidad una de las siete artes contemporáneas, démosle esa distinción ya que ella en sí es delicada, comedida y conmovedora, emotiva y virtuosa, no presume en su preámbulo, descollando su contenido como un todo a asimilar que te embriaga el corazón, que te alumbra el cerebro, como esa buena botella de vino extremeño que se empieza a beber, como se beben los recuerdos.
Hoy en día debe cobrar más importancia si cabe, la educación, la lectura, la escritura, huellas amables y sabias de vida, el conocerlas, el abrazarlas, no te garantiza el éxito, pero el desdeñarlas te garantiza el fracaso. Por ello, mi humilde escrito, mi sencillo pensamiento, mi corazón partido, entre los que están y los que fueron, unos hogaño, otros antaño, todos presentes en interior, ya que para ser, hay que estar y todos estuvieron y todos fueron y muchos son, amores en su integridad. Si ya hicimos lo más difícil, que fue encontrarnos, hagamos lo más sencillo, no perdernos nunca. Os quiero felices a mi lado, como cuando quieres que un momento dure para siempre, así os siento.
Respecto al mundo exterior, ese que nos rodea inexorable, cada vez lo siento más ajeno, extraño e incongruente, incompresible en sus cimientos, raíces torcidas de tribulado final. Será verdad que a medida que nos hacemos mayores, entendemos menos la vida o quizás deba mirar sin gestos, con la desconfianza de los que entienden. Eleanor Roosevelt, escritora y activista, decía que mentes pequeñas discuten sobre personas, mentes medias sobre eventos, pero grandes mentes discuten sobre ideas. ¿Dónde queda eso hoy día?, me pregunto, quién viene hoy a prescribir tal pensamiento, menos corruptelas, menos guerra, menos muertes incomprensibles, menos destrucción, menos pobreza…
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Nos queda acogernos a las artes, en su amplio contexto, pues hasta el reloj que no funciona, marca una hora futura. Quiero creer en el amor, en la justicia y en la poesía, pues aunque cueste, la historia levanta acta de los acontecimientos, pero es la poesía la que deja constancia de las emociones y sentimientos. «Sapere aude».
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