
La desmemoria
Sábado, 15 de marzo 2025, 23:21
Secciones
Servicios
Destacamos
Sábado, 15 de marzo 2025, 23:21
Se cumplen cinco años de la pandemia de covid, de la que entonces se dijo que íbamos a salir mejores y ha ocurrido todo lo ... contrario. Y a las pruebas me remito. El mundo padece una creciente conflictividad y una decreciente empatía al calor de la hoguera de odio e ira encendida por los nacionalpopulismos rampantes aquende y allende el Atlántico, unos nacionalipopulismos que exaltan al agresivo y denuestan al compasivo. Botones de muestra de lo primero son la diplomacia mafiosa que practica Donald Trump y el plan de rearme acordado por la Unión Europea para, huérfano de la ayuda americana, hacer frente, sobre todo, a la amenaza del oso ruso, crecido por la sintonía con el nuevo rey Ubú que ocupa la Casa Blanca; un rearme que conllevará un mayor aumento del gasto en defensa –al alza desde que estalló la guerra de Ucrania– en detrimento muy probablemente del gasto social, en educación y en sanidad. De la pérdida de empatía es reflejo oscuro la deshumanización del inmigrante, convertido en chivo expiatorio por la extrema derecha a imagen y semejanza del judío en los años 30 del siglo pasado.
De hecho, Siegmund Ginzberg, periodista italiano, aunque nacido en Estambul (Turquía) en el seno de una familia judía, ha bautizado el mal que aqueja a nuestro mundo de hoy como 'Síndrome 1933'. Así titula un ensayo publicado recientemente en el que, con todas las salvedades, establece analogías entre nuestra inquietante actualidad y la República de Weimar meses antes de que los nazis se hicieran con el poder. Ginzberg nos identifica los síntomas del deterioro de la democracia que allanaron el terreno para que Hitler, un charlotesco charlatán autoritario al que pocos se tomaban en serio, ganara las elecciones alemanas: una campaña electoral permanente, acuerdos de coalición insólitos, partidos que no son ni de izquierdas ni de derechas sino «del pueblo», voces que se alzan para acallar a la prensa, polarización y discursos de odio, políticos acusados de traición y un Gobierno demagógico e irresponsable. Estos síntomas vuelven a aflorar y amenazan con arrastrarnos peligrosamente a repetir un pasado que creíamos haber superado.
Fiel a la célebre sentencia del filósofo George Santayana de que «aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo», Ginzberg nos ayuda con su libro a hacer memoria para evitar caer en los mismos errores que condujeron a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, nuestra acelerada sociedad adolece de una desmemoria histórica galopante. Martin Coleman, profesor y director de Santayana Edition, una plataforma dedicada a la vida y obra del pensador español, sostiene que su famosa frase se refiere al desarrollo de la conciencia humana o a «las etapas de la mente»: «En la primera etapa, una mente frívola y distraída no aprende nada de la experiencia; en la segunda etapa, una mente 'dócil a los acontecimientos, flexible a los nuevos hábitos y sugerencias' es capaz de recordar y aprender; en la tercera etapa, el agotamiento impide la retención y la nueva experiencia se olvida inmediatamente, y la repetición del pasado vuelve a ser dominante».
Me temo que la conciencia humana global se encuentra en la tercera etapa. No en vano el también filósofo Byung-Chul Han denomina nuestra sociedad como la del cansancio, y cuando uno está cansado y frustrado baja la guardia y camina como un sonámbulo hacia el abismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Premios a las mejores campañas publicitarias de España
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.