![Lo difícil del centro](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202301/13/media/cortadas/centro-RqGJaFkEML102t2C6mrn5vM-1248x770@Hoy.jpg)
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Cuando el Centro Democrático y Social (CDS) andaba buscando las tablas, como el toro herido, había algunos que negaban la evidencia y, empecinados, apostaban por mantenerlo con respiración asistida, lo que otros considerábamos tan inútil como patético. Por entonces yo estaba en el órgano de ... dirección del partido, en su comité nacional, y recibí muchas críticas porque un día dije que «a los muertos hay que enterrarlos, que por mucho que duela la muerte de un padre no se le puede mantener en el sillón frente al televisor». Creo que la imagen no fue afortunada y así me lo hizo saber el propio Adolfo Suárez porque, aunque tuviera razón, me faltó sensibilidad. Pero llevábamos mucho tiempo agonizando, tambaleándonos y buscando soluciones inexistentes porque el electorado ya había pasado la página del CDS.
Los partidos de centro, con dos extremos tan polarizados como PSOE y PP, tienen muy complicada su existencia ya que, a la hora de la verdad, ellos se unen porque no les interesa una fuerza interpuesta. El centro se nutre del electorado más moderado de la izquierda y de la derecha y es visto como un estorbo del que hay que prescindir. Al CDS le negaron créditos que tenían incluso fuerzas regionalistas menores y por mucho que Suárez se empeñó en hacerse de un espacio propio, eso de ser «el saco que golpea la izquierda y la derecha», en feliz expresión de Rodríguez Sahagún, tiene consecuencias demoledoras. PSOE y PP, Felipe González y Aznar, se encargaron de desconectar al CDS para repartirse el electorado del centro. Un breve recordatorio al respecto.
UCD desapareció después de haber dado estabilidad al momento convulso de la transición. «Entre todos lo mataron y él solito se murió», porque comenzó a descomponerse desde dentro. El PDP y el PSDE no levantaron cabeza y el PRD (Operación Roca) tampoco superó la fase del intento. UPyD fue un cohete que se apagó antes de caer al suelo, aunque Rosa Díez logró ser gallito en el corral de una legislatura. Ciudadanos, el único partido centrista que, al margen de UCD, tuvo oportunidades reales de gobierno, anda dando trompicones, como borracho que no encuentra la cerradura de su puerta. Mal contados, me salen otros 27 partidos centristas desaparecidos.
El electorado añora un partido de centro, pero a la hora de votar apuesta por los extremos y a los partidos de centro no le perdonan errores que en los otros se olvidan en apenas una legislatura. El PSOE logró redimirse del desastre de Zapatero y ya veremos la profundidad de las heridas que le dejará Pedro Sánchez, que serán hondas. El PP ha pasado página de la cobardía pusilánime de Rajoy y del desnorte de Casado. PP y PSOE son los dos grandes platillos de la balanza que, pese a los errores y tropiezos, perduran porque en España siempre votamos contra un platillo y eso favorece al otro. A la hora de la verdad el fiel de la balanza, el centro, es el más inestable… Y paso a los estertores de Cs, que tanto me recuerdan los de UCD, CDS, UPyD...
Ciudadanos pudo, pero no supo y está a meses de concluir una agonía que comenzó cuando Albert Rivera no aceptó el envite de Pedro Sánchez para una coalición que le hubiera catapultado hasta la vicepresidencia del Gobierno. Calcularon mal y, sin bases, quisieron esquinar al PP, se lo jugaron a todo o nada. Salió nada. Amén, solo les queda agitar el pañuelo, mientras su tren se aleja del andén electoral.
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