España y la convulsión mundial

Si el escrutinio de hoy en Alemania da lugar a la reedición de la 'gran coalición', Sánchez y Núñez Feijóo tendrán que corregirse

Sábado, 22 de febrero 2025, 23:11

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha convulsionado los ya tensos equilibrios internacionales y transgredido el fondo y las formas de relación ... en el mundo. La incertidumbre se ha disparado tanto en el ámbito económico e industrial como en cuanto a la estabilidad de las instituciones democráticas. La exigencia por parte de EE UU de acceder a las tierras raras del subsuelo ucraniano para propiciar una paz que se adivina a medida de Vladímir Putin, la conversión del IVA europeo en motivo para el establecimiento de aranceles, o la penalización de las medidas de igualdad y diversidad que apliquen las compañías españolas o las que se instalen aquí forman parte de una batería de medidas que afectan gravemente el ecosistema europeo. La polarización partidaria dificulta los consensos políticos y sociales que requiere España para hacer frente a un desconcierto general que amenaza con agudizarse y cronificarse.

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El presidente Pedro Sánchez volvió ayer a emplazar al PP refiriéndose al juicio que merecerán los «colaboracionistas» si el partido de Alberto Núñez Feijóo no corta amarras respecto a la ultraderecha de Vox. Pero no es bueno que la convulsión global sea utilizada de manera ventajista para enconar las relaciones políticas en España. Cuando lo que se necesita es el máximo de entendimiento y de unidad para hacer frente a lo imprevisible. El europeísmo precisa en estos momentos que España se dote de nuevos Presupuestos. Y no sólo para atender a los requerimientos de que el gasto en Defensa lleque al 2% de nuestro PIB para el verano. También para afrontar con solvencia los retos que el mundo de Trump está imponiendo a nuestro tejido productivo. Es comprensible que Sánchez reclame a Feijóo desentenderse de Vox. Pero la ultraderecha está siendo el argumento último del sanchismo para mantener una mayoría parlamentaria que no es tal.

La presencia mañana del presidente español en Kiev, en solidaridad con la Ucrania agredida por el régimen de Putin de nuevo hace tres años, no puede quedarse en un gesto testimonial. Mientras la coalición de progreso sortea obligaciones en materia de defensa y seguridad porque depende de formaciones –EH Bildu, Podemos, ERC o Sumar– que simpatizan de una u otra manera con la autocracia moscovita. Precisamente en sintonía con la aquiescencia trumpista de Vox. Si el escrutinio de hoy en Alemania da lugar a la reedición de la 'gran coalición' entre conservadores y socialdemócratas, Sánchez y Feijóo tendrán que corregirse.

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