Borrar
Urgente Así hemos narrado la épica final de Copa conquistada por el Barça
La vida es como un paseo
Mujeres reales

La vida es como un paseo

Siempre he pensado que la vida es como un paseo. Hay quien busca la soledad, quien camina acompañado, quien se la toma con tranquilidad, quien prefiere llegar cuanto antes o quien solo ve la vida pasar

Esperanza Mancera

Sábado, 12 de abril 2025, 23:17

Una conversación entre amigas puede darte muchas ideas, no solo para un libro nuevo, sino para cuestionarte ciertos temas. ¿Valoramos lo que tenemos?

El verano ... pasado visité el norte, suelo hacer alguna escapada al año para disfrutar de los paisajes, la comida y descubrir nuevos rincones. Una tarde, mientras mi familia descansaba en el hotel, decidí caminar por el paseo marítimo de Laredo. Era un día soleado, aunque el calor era soportable, no como en Extremadura en pleno mes de julio. Así que, después de caminar sin rumbo fijo, me senté en un banco y abrí el móvil. Hice unas fotos y luego me dediqué a observar a los transeúntes. Me llamó la atención una señora de avanzada edad que agarraba con fuerza un andador. Sonreía y caminaba con pasos seguros, bajo la mirada atenta de un señor, porque así me lo pareció. Ella, cada cierto tiempo, giraba la cabeza y se cercioraba de que su acompañante seguía a su lado. Me pareció una imagen entrañable. También observé a una mujer que controlaba el pedaleo de una niña montada en una bicicleta rosa con pompones en el manillar. Otros viandantes caminaban con rapidez, no sé si por hacer ejercicio o porque llegaban tarde a algún lugar. Cómo no, había parejas cogidas de la mano, no hablaban, solo se dedicaban miradas amorosas, y, de vez en cuando, paraban a admirar el paisaje. No faltaban los que paseaban a sus mascotas o estas tiraban de ellos. Por supuesto, había personas solas que andaban, corrían, montaban en patinete o, como yo, se sentaban en un banco a leer, mirar el móvil o tomar el sol. Me sorprendió que alguna pandilla de jóvenes, ataviados con sus trajes de baño y la toalla al hombro, hablaban, sí hablaban, o reían sin necesidad de que un aparato lo hiciera por ellos. Un rato después, presencié el tropiezo de una chica que andaba distraída con el móvil y casi aterriza en el suelo. Sonreí al advertir su vergüenza y cómo miraba a los lados por si habían visto su torpeza. Confieso que yo también lo hago.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy La vida es como un paseo