Editorial

Esperanzador intercambio

La prórroga del alto el fuego parece hoy posible, además de deseable. Pero es Israel quien debe decantarse al respecto

Jueves, 23 de noviembre 2023, 07:59

El acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás, por mediación de Estados Unidos, Catar y Egipto, para concederse un alto el fuego de cuatro días e ... intercambiar rehenes cautivos durante el ataque terrorista del 7 de octubre y palestinos en prisión, encenderá a partir de esta misma mañana una luz esperanzadora que no tendría por qué apagarse el próximo lunes. Ello dependerá en gran medida de que la pausa humanitaria no se quiebre antes por alguna escaramuza sobre el terreno, y que Hamás no la aproveche de manera ostensible para reorganizarse y preparar nuevos ataques. La liberación, a lo largo de los cuatro días, de cincuenta mujeres y niños secuestrados por la trama terrorista, y la más compleja prestación de cuidados médicos al resto de los rehenes a cargo de la Cruz Roja podrán ser verificados como lo serán las excarcelaciones de mujeres y menores palestinos. De modo que si todo discurre de forma satisfactoria para las partes, éstas se verán emplazadas a proseguir el intercambio y tan breve tregua. Al término de lo acordado aún quedarán 190 rehenes en manos de Hamás o de la Yihad Islámica, y cerca de 5.000 palestinos presos en cárceles israelíes. Pero al tiempo que las familias y amplios sectores del país secundan la medida adoptada por el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, hay un aspecto crítico en la operación. La equiparación a la que se procede entre los rehenes capturados en la incursión de Hamás en suelo israelí, y los palestinos detenidos por las fuerzas de seguridad de Israel aun en aplicación de leyes de excepción. Equiparación que los activistas palestinos tratarán de presentar como victoria, y una parte de la opinión pública israelí percibirá como cesión. De manera que no será fácil mantener esa misma lógica –la lógica que estuvo presente ayer también en el Vaticano– hasta que todos los rehenes sean liberados. Los cuatro días de alto el fuego permitirán aliviar mínimamente la crisis humanitaria que soporta Gaza, puesto que si no se producen imprevistos irán acompañados de la entrada de productos sanitarios y alimentos a la Franja. La prórroga de la pausa parece hoy posible, además de deseable. Pero es Israel quien debe decantarse al respecto. Con el riesgo añadido de que el afán general por asegurar ese desenlace para el lunes malogre o devalúe las posibilidades que ofrecen los cuatro días de alto el fuego.

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