El día 28 saliendo con mi mujer de una visita al médico, en el centro de salud del Hospital Virgen de la Montaña de Cáceres, camino de Tambo para comprar algo de fruta, próximo a la tienda, se acercó una joven corriendo para entregarme la ... cartera que se me había caído y, que, según ella, se la había dado una señora que había visto como se me caía en la calle y le había dicho «dale esta cartera a aquel señor que se le ha caído y yo no puedo alcanzarlo». Le dí las gracias a la joven sintiendo no poder dárselas a la señora que se la había entregado a ella. Hasta aquí todo normal, pero al llegar a la tienda abrí la cartera y mi sorpresa fue que de 90 euros que llevaba en ella al salir de casa, faltaban 70, me habían dejado 20 y no habían tocado nada más, llevando en ella la tarjeta bancaria, lotería primitiva y de la ONCE. Me lo tomé con calma y hasta agradecí que hubiera sido tan considerada la persona que cogió los 70 euros, pues habría podido perder toda la documentación que llevaba, con el trastorno que me hubiera causado tener que renovarla. La reflexión que me queda es que la persona que se llevara el dinero tenía una necesidad que pudo aliviar con los 70 euros y, que no debía ser una mala persona al devolver la cartera que le hubiera sido fácil vaciarla y tirarla a alguna papelera. Lo que me lleva a confirmar que en este mundo nuestro todavía quedan buenas personas.
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