¡Santiago y cierra España!
Tribuna ·
Los cristianos contaron con la ayuda y protección de Santiago, y este grito ha acompañado todas las gestas militares y de riesgo de toda época sin tener en cuenta las creencias del enemigoTribuna ·
Los cristianos contaron con la ayuda y protección de Santiago, y este grito ha acompañado todas las gestas militares y de riesgo de toda época sin tener en cuenta las creencias del enemigoEn el año 638 (d.C.) el califa Omar, uno de los primeros califas sucesores de Mahoma entró en Jerusalén, montado en un caballo blanco. Iba con un manto raído y mugriento y le seguía un ejército, tosco y desgreñado, pero su disciplina era perfecta ( ... Runciman). Seguro que llevaban con ellos arenas del desierto pegadas a su piel por el sudor, así llegaron a la Península ibérica tras la conquista del África romana. Ya lo dijo Sánchez-Albornoz, que el sudor y el olor habían sido elementos fundamentales en la conquista como en la retirada, pues los del norte traerían, a su vez, el sudor del páramo bajo sus armaduras y bajo estas la transpiración es difícil. No obstante, pronto se aclimataron y llegaron a tener fuentes de colores antes que Oklahoma lehendakari. (M. Jiménez de Parga).
Publicidad
Llegaron acá por el 711 (d. C.) invitados por la facción de los hijos de Witiza en lucha con el rey Don Rodrigo. Eran frecuentes los conflictos entre los visigodos en las sucesiones, consecuencia de su sistema político, la monarquía electiva, por la que nobles y eclesiásticos elegían a uno, pero los hijos del rey fallecido se creían con derecho a sucederle, como ocurrió en alguna ocasión. Ante el panorama de desorden los musulmanes, que llegaron como aliados, se convirtieron en invasores cumpliendo aquello de a rey muerto, rey puesto. Y aunque no pusieron rey sí emir, representante del califa. No fueron muchos los llegados y por algunos bien recibidos, pues hasta la misma Egilona, viuda de Don Rodrigo, terminó casándose con Abdelacis, hijo de Muza y sucesor, cuando este fue a presentar cuentas ante el califa. En la Península los musulmanes aprendieron muchas cosas y trajeron muchas más.
Pasados unos años comenzaron los conflictos con los cristianos del norte, que no habían sido sometidos y, aunque no se cuestione la veracidad del enfrentamiento en Covadonga, no se han puesto de acuerdo sobre las motivaciones y mucho menos sobre la importancia del evento ocurrido en las montañas astures. Pero lo que es evidente es que con Don Pelayo se inicia el listado de reyes que protagonizarán la Reconquista, que será un largo proceso de idas y venidas a lo largo de siete siglos en el que hay victorias y derrotas, donde la paz idílica, que algunos han propagado, no fue tal, sino un mundo de desigualdades, donde terminarían imponiéndose los cristianos del norte. Toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492.
Uno de los hechos más diferenciadores en la Edad Media española fue la aparición de la tumba del Apóstol Santiago en tierras gallegas. Según la tradición, tras su muerte en Jerusalén, sus discípulos trajeron sus restos en una barca de piedra a los confines del mundo romano: Finis terrae.
Publicidad
Su descubrimiento fue allá por el 813 (d.C.) reinando en Asturias Alfonso II el Casto, a quien vino a tocarle la 'lotería', pues pasó a tener un apóstol en su territorio, y con el tiempo puso en contacto Occidente peninsular con Europa y su mundo cultural y desde de entonces la corriente humana sigue en la actualidad (Xacobeo) como un gran milagro, tanto que del camino muchos hicieron profesión. Aquellas gentes de la Europa central y Francia que venían a Santiago de Compostela (campus stellae) fueron los primeros en ser llamados «españoles». El término «español» es provenzal, de ahí que para Américo Castro los orígenes de «la realidad histórica» de España esté en el siglo XIII en el reinado de Alfonso X el Sabio, cuando fueron conocidos bajo ese nombre también los que vivían en la Península y no solo como cristianos frente a los musulmanes de lo que quedaba del Al'Andalus. También vino la polémica, pues hubo quien atribuyó los restos a Prisciliano, obispo de Ávila, pero la historiografía se inclinó por la tradición jacobea.
Si los musulmanes contaron con la ayuda de Mahoma, los cristianos contaron, especialmente, con la ayuda y protección de Santiago, siendo importante la recibida por Ramiro I en la batalla de Clavijo (834), pues le «vieron descender» en un caballo blanco como un guerrero más con lo que la pasión puesta en el campo de batalla por los cristianos fue mucho mayor y alcanzaron la victoria. Tas aquel encuentro se liberó del pago del «tributo de las cien doncellas» a los emires de Córdoba, que se pagada desde el reinado de Mauregato. Como agradecimiento Ramiro le hizo (a la iglesia de Santiago, se entiende) partícipe en el reparto del botín tras la batalla: «Tanta parte y porción como corresponde a un soldado de a caballo». Desde entonces la figura de Santiago, el Hijo del Trueno, fue asociado a «matamoros», como se escenificaba en el crucero de la catedral de Santiago de Compostela, hasta que fue retirado, así como se recoge en la toponimia: Valle de Matamoros (Badajoz), Matamoros (México). Desde entonces el grito de: «¡Santiago y cierra España!» ha acompañado todas las gestas militares y de riesgo de toda época sin tener en cuenta las creencias del enemigo.
Publicidad
Acabada la Reconquista aquella dádiva se convirtió en el «Voto de Santiago», impuesto, que llegó hasta las Cortes de Cádiz, que lo suprimieron (1812). Consistía en el pago anual de pan (trigo) o de vino por parte de los agricultores de la Corona de Castilla. Fue muy desigual entre las zonas. En Esparragosa de Lares, por ejemplo, se pagaban entre 6 y 3 celemines de trigo, no siendo importante la aportación individual, pero el monto total sí era significativo, unas 62 fanegas entre todos los del lugar. En la actualidad se recuerda con la ofrenda al Apóstol Santiago (25 de julio) por parte del jefe del Estado o delegado en su nombre. Es, simplemente, tradición. Todos los pueblos tienen sus tradiciones, recuerdos y efemérides.
Cuando al mismo tiempo en España quieren, haciendo mella en algunos artículos de la Constitución, despenalizar las injurias al Rey, en aras de un republicanismo cuasi vergonzante del que fue, no es, pero no le importaría volver a ser, de ahí que no se diga a las claras, y a las religiones, por un anticlericalismo esencialmente anticatólico, gritar: «¡Santiago y cierra España!» no sabemos qué será. Hace ya años dejó de ser festividad el día del Apóstol Santiago, «Patrón de España». Cuando no tengamos España, tampoco necesitaremos patrón.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.