El estado de salud del Papa Francisco empeora tras sufrir una crisis respiratoria

En democracia y en una sociedad desigual, no ya lo justo –como sostiene la izquierda– sino el principio de legalidad es lo que se convierte ... en la defensa de los débiles frente a la arbitrariedad, escribió Ramón Zallo.

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El problema de la vivienda tras la guerra civil debió de ser gordo.

Cuando inicié mi trabajo como médico de cabecera y entraba en algún domicilio me sorprendía que el paciente me contara que allí –tuve la suerte de nacer y crecer en una casa enorme– se habían criado sus ocho hijos, conviviendo, además, la abuela. No venía al caso preguntar cómo se las apañaban ni juzgar con criterios de entonces, y menos de hoy, situaciones pasadas.

Por entonces en un pueblo como el mío –los funcionarios teníamos obligación de residir– el médico tenía casa, también los maestros, no todos, porque los conocí viviendo en pensiones y no sé si en otros sitios era igual, el guarda del parque y el conserje de la escuela. No llegué a entrar en las del guarda y en la del conserje estando habitadas. Por la imagen que recuerdo, la casita del conserje era eso, una casita, lo mínimo, mi memoria me pierde, pero allí vivieron y criaron a su familia distintos conserjes.

Viene esto al caso de la noticia que nos traía Adrián García, el CEIP Juan Vázquez se ha rebelado para tratar de evitar el desalojo de un hombre al que consideran su «conserje». Carlos Orellana, al que le deseo lo mejor, lleva viviendo en la «vivienda del conserje» 47 años. Su padre había sido conserje. Parece que no es un caso aislado.

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Lo único que cuestiono es por qué, si la situación es anómala, lleva décadas sin abordarse. Como cuando dicen que hay muchos interinos y no se convocan oposiciones desde hace veinte años. Las cosas, incluido el mejor jamón, o se utilizan a tiempo o se enrancian. Se enquistan y dejarlas pasar no es la solución más adecuada.

Qué difícil es muchas veces tomar decisiones y, dura lex, sed lex, aplicar la ley. Carezco de formación jurídica para saber si alguien ha incurrido en comisión por omisión. Papeleta no fácil cuando seguro que hay casos similares en distintos ámbitos donde habría que hilar muy fino para no caer en agravios comparativos. Los recursos son limitados y valoro, como escribió Zallo, la seguridad jurídica por encima de todo.

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Carlos Orellana tiene 62 años. No sabemos en qué situación está, si en el paro, si jubilado, si tiene una incapacidad reconocida…

A principios de los ochenta del siglo pasado aprobé oposiciones al Cuerpo de Médicos Titulares. Una compañera consiguió plaza en Malcocinado y venía de Sevilla a tomar posesión con toda la ilusión del mundo. El pueblo, desde la distancia en el tiempo creo que manipulado, inició una campaña para hacerle la vida imposible creyendo que serían capaces de lograr que el compañero que había suspendido y tenía forzosamente que ser desplazado se quedara. Al final, la ley, el sentido común y el buen hacer de la compañera se impusieron.

Puedo estar equivocado, pero la idea de justicia que tienen el pueblo o un jurado me dan miedo.

Fuenteovejuna, solo la de Lope.

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