Cultura y política

Fernando Savater en Toril

Lo que nos enseña es que no solo hay que luchar por la libertad en las dictaduras, sino también en las democracias

Felipe Traseira

Jueves, 15 de febrero 2024, 08:03

Con 164 habitantes, Toril (popularmente, El Toril), en la comarca del Campo Arañuelo, aparece rodeado de dehesas y praderas, formando un extenso término junto al parque nacional de Monfragüe. Cuando uno avanza hacia él, ve pastando entre encinas y alcornoques, a ambos lados de la ... carretera, vacas y cochinos. A poco que nos internáramos tierra adentro sorprenderíamos a grullas, garzas, cormoranes, palomas torcaces, alcaudones o rapaces como el águila o el buitre. Este ecosistema tan diverso llevó a la Unesco y a Europa a declarar este enclave Reserva de la Biosfera y Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA), respectivamente. Dominando el par de calles del pueblo, el Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera, ubicado en la iglesia de San Blas. En este entorno maravilloso se celebró el pasado día 3, festividad de San Blas, la ya tradicional carrera de caballos en memoria del que fuera su alcalde, Javier Barona. Entre manga y manga y rendido a la belleza de los caballos de pura raza árabe, recordé a Fernando Savater, gran aficionado a la hípica, su otra pasión después de los libros. Seguramente hubiera disfrutado con esta carrera. La afición a la hípica se la inculcó su padre desde pequeñito, llevándolo a las carreras del hipódromo de Lasarte. Pero también recordé al Savater luchador por las libertades, que es el que hoy quiere reivindicar esta columna. O sea, a través de mi memoria, el escritor donostiarra estuvo –sin estar– en Toril.

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Filósofo, ensayista, conferenciante, novelista, articulista y columnista, donde más destacó fue en las dos últimas facetas, hablando de todos los temas con suficiencia, brillantez, agudeza e ironía, y evidenciando también su compromiso. Sufrió cárcel durante el franquismo y estuvo amenazado por ETA, debiendo llevar escolta. Sus mayores preocupaciones en la actualidad, junto a los ataques a las corridas de toros por el fundamentalismo animalista, son los nacionalismos radicales –a los que considera 'cancerígenos'– y el abandono del espacio socialdemócrata por el socialismo zapateril y sanchista, que ha originado su desencuentro con 'El País', periódico que él contribuyó a crear y en el que se convirtió en articulista y columnista brillante. Hace unos días su directora, la pacense Pepa Bueno, le comunicó su despido. Dos legitimidades en conflicto: el derecho de la célebre cabecera a mantener su línea editorial y el del escritor a discrepar de dicha orientación. Admitiendo su deriva conservadora, lo que Fernando Savater nos enseña es que no solo hay que luchar por la libertad en las dictaduras –como él hizo con la franquista–, sino también en las democracias, amenazadas por populismos y radicalismos, como la nuestra. Tendemos a creer que la democracia está conseguida solo por votar cada cuatro años o por tener instituciones como las Cortes. En realidad, siempre hay que estar perfeccionándola, e incluso defendiéndola, si fuera preciso. Es lo que hizo y sigue haciendo Fernando Savater. Lo recordé en Toril mientras presenciaba una estupenda carrera de caballos.

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