¿El primer cambio de sexo en la región?

Los padres pagaron a un abogado mil pesetas para tramitar el cambio. El varón transmutado a hembra no tuvo que ser intervenido para variar sus caracteres sexuales, ni recibió tratamiento hormonal. Es más, ni siquiera sus padres le consultaron. Realmente no estaba capacitado para dar su consentimiento porque el cambio de sexo se realizó cuando solo tenía… ¡un mes de vida!

¿Qué pasó? Pues que una enfermera anunció al padre que habían tenido un varón, y este acudió al registro para inscribirle como tal.

Quien inscribió a Francisco Javier creyó al padre sin darse cuenta de que el certificado de la matrona decía que era una hembra. Por secuelas en el parto las enfermeras cambiaron los pañales al bebé mientras estuvo en el hospital. Al llegar a casa, cinco días después, la madre descubrió que el hijo al que amamantaba realmente era una niña, y, de la impresión, perdió el conocimiento.

No era para menos.