Hace unos días, Marcelo Muriel daba en la sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres una conferencia a través de la ... Asociación Torres de Cáceres que llevaba por título 'Palancas para el desarrollo de Cáceres'. La conferencia estaba estructurada en los siguientes conceptos: a modo de prólogo, una breve y sucinta historia del devenir de la provincia de Cáceres. Marcelo Muriel afirmó que se impone un cambio radical y que debemos basarnos en factores que nos diferencian, tales como los recursos naturales, situación geográfica en el oeste peninsular; excedentes energéticos, potencial formativo escasamente utilizado.

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Propuesta de una red logística de Extremadura: desarrollar áreas logísticas multimodales en Navalmoral de la Mata, Plasencia y Cáceres (estas dos últimas por iniciar).

En cuanto a la Ruta de la Plata, verdadero eje vertebrador de todo el oeste peninsular, la provincia de Cáceres está fuera de las redes prioritarias europeas.

Excedentes energéticos: impedir la colonización energética como está sucediendo en la actualidad, ya que Extremadura genera más de 30.000 GWH anuales y apenas consume 5.000 GWH.

La central nuclear de Almaraz es indispensable para la descarbonización, e imprescindible para atraer inversiones a nuestra región

Quiero aprovechar el epílogo que utiliza Marcelo Muriel para cerrar esta conferencia: «Cáceres ha venido sufriendo a lo largo de la historia una serie de agravios y abandonos que la han situado en una posición límite de la que debe de salir con decisiones radicales apoyadas en su fortaleza».

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El mayor agravio que ha sufrido Extremadura fue el desmantelamiento de la central nuclear de Valdecaballeros, y fue un «insigne» extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces presidente de Extremadura, el que abanderó aquella calamitosa decisión de liquidar más de 5.000 puestos de trabajo y dejar de generar riqueza e impuestos para Extremadura.

Todos sabemos que la prolongación de la vida de Almaraz es una decisión política, y mientras la vicepresidenta ejecutiva europea, Teresa Ribera, ha autorizado ayudas de casi 32.000 millones de euros para prolongar diez años más las centrales belgas de Doel4 y Tihange3, nos niega la prolongación de la vida de la central de Almaraz. Ve la paja en el ojo ajeno, pero no ven la viga en el suyo.

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