Se acerca el cierre de la central nuclear de Almaraz. No deja de ser paradójico que en 1975 y 76 se organizaban movilizaciones sociales y ... manifestaciones que clamaban por el cierre de Valdecaballeros y en algún caso de Almaraz y en 2025 la mayoría revindica que se mantenga abierta. ¡Cómo cambian los tiempos! El cierre cambia por la permanencia. Sin embargo, analicemos 12 cuestiones que pueden repercutir en el cierre/permanencia de Almaraz.
Las centrales nucleares aportan el 20% de la energía eléctrica al sistema eléctrico español (el 54,6% lo produce Almaraz). El consumo eléctrico español, que en 2024 ha subido el 1,6% y sigue incrementándose, no puede ser remplazado actualmente por energías renovables, por tanto, hay que utilizar gas extranjero con centrales de ciclo combinado si se quiere abastecer eléctricamente España, produciendo emisiones de CO2, y el consiguiente aumento de precio de la electricidad ligado al precio del gas.
El cierre repercutiría también, ahora que se está hablando de electrificar la economía, industria, el transporte, en la instalación de centros de datos (data center) que requieren una cantidad de energía enorme y estable en todo momento.
Conocemos también, que la central de Almaraz ha evitado la emisión de 6 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que se hubieran emitido con centrales de gas. También se conoce que la oposición a las centrales nucleares se debe a la producción de residuos nucleares que tienen una actividad y duración eterna. Pero debe quedar claro y se desconoce, que el cierre o no de Almaraz no influirá pues los residuos permanecerán en Almaraz un tiempo ilimitado, hasta que se construya el almacenamiento definitivo AGP (almacén geológico profundo) en los años 70.
Por otra parte, Red Eléctrica también tiene un problema de control de sus líneas. El crecimiento de las energías renovables y la caída en ciertos momentos de la demanda provoca oscilaciones en los niveles de tensión y estabilidad en la red, que pueden conllevar apagones. Las centrales nucleares, según fuentes del sector, juegan un papel muy importante para el mantenimiento y control de la tensión.
Respecto a la petición de continuidad de las centrales nucleares, que no ha sido presentada todavía por la propiedad, indica el Ministerio para Transición Ecológica que no se ha hecho porque las compañías prefieren invertir en energías renovables en lugar de prolongar la vida de las nucleares y sufragar los altos costes de actualización de las instalaciones. La respuesta fue inmediata por parte de Foro Nuclear, indicando que «la política energética es responsabilidad del Gobierno. La política fiscal también. La energía nuclear ha soportado en los últimos cinco años un incremento de la presión fiscal asfixiante», y actualmente no la pueden aguantar.
El estado recauda 450 millones cada año por la central, y la Junta de Extremadura una ecotasa de 90 millones, parte de estos impuestos se quedan en Extremadura, unos 100 millones. A esto se añade, que el domicilio fiscal de holding que forman Iberdola, Endesa y Naturgy, que explota la central, tributa fuera de Extremadura con lo que hay otros impuestos que no son de la región, a pesar de que Almaraz es la central que más energía produce. De esto no es responsable la central nuclear, que se le culpabiliza de que deja muy poco en Extremadura. Los culpables son nuestras autoridades, que no han sido capaces de que el Estado ceda la gran mayoría de esos impuestos a la región en forma canon u otra tasa.
Se critica, que los cambios en la zona han sido meramente coyunturales y hasta cierto punto negativos. Ni se han modernizado y se han acomodado los recursos económicos tradicionales, se ha eliminado el emprendimiento y se ha olvidado la industrialización. Efectivamente la central podría haber actuado como tractor y atraer a empresas auxiliares alrededor de la misma. Pero no es culpable solo la central, son los propios gobernantes los que deben pilotar la industrialización y hacer que la central ayude y actúe como herramienta para conseguir los fines. No se puede conseguir nada cuando los propios gobernantes se inhiben.
Sin embargo, se critica a quienes pueden perder su puesto de trabajo, al alcalde que se arriesga a sufrir unas mermas de las arcas municipales del 20 al 30%, o al hostelero que conoce bien lo que le supone tener cerca la central. ¿Es que esto no es mejorar la economía de la zona?
Porque a pesar del personal que permanezca ocupado en el desmantelamiento o en la vigilancia del almacenamiento nuclear, el número y la calidad de los puestos de trabajo será muy inferior, los 1.200 puestos para la recarga ya no existirán, ni los mecanismos que establece el Pniec: los convenios de Transición Justa aplicados fundamentalmente a las comarcas afectadas.
Por último y hablando de impacto ambiental, vemos inmensidad de paneles solares esparcidos por toda la geografía extremeña y nacional, en determinadas zonas como Jaén se talan infinidad de olivos, 890 Ha desforestadas y 125 aerogeneradores de 200 m. de altura en el Maestrazgo entre Teruel y Castellón, si se compara con la central de Almaraz, que ocupa poca extensión y poco impacto visual.
Al final, se nos ha metido en un gran embrollo ya que debemos mantener la nuclear para garantizar el abastecimiento eléctrico de toda España, al mismo tiempo que somos exportadores de energía renovable, sin tener una alternativa real y cierta a los puestos de trabajo que se destruyen con el cierre de la nuclear, puesto que la gigafactoría de Envision todavía es promesa.
A lo mejor es el momento de exigir al Gobierno que todo el tema de tasas, tributos y domicilio social de la empresa venga a Extremadura y que la empresa colabore mucho más activamente en la industrialización.
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