Cruzando lindes

El mundo de ayer

La emergencia climática no es solo la mayor amenaza actual de la humanidad, sino también su mayor reto

Gabriel Moreno González

Viernes, 29 de septiembre 2023, 07:14

Al menos 85 personas en Arizona sufrieron durante el mes de julio de este año quemaduras graves, necesitadas de hospitalización, por contacto con superficies y pavimentos calentados a 82 grados centígrados o más. Hace un par de meses se alcanzaban y mantenían por varios días ... los 40 grados en Inglaterra, alertando la BBC de que es un techo al que cada vez se llega con más frecuencia y más días y para el que el país no está preparado. La paradisíaca isla estadounidense de Maui, con su histórica capital, Lahaina, ha sido literalmente calcinada por un incendio devastador e incontrolable, que ha dejado más de cien fallecidos. «No hay nada que me haya hecho llorar más que pensar en el baniano de mi ciudad natal de Lahaina», decía en redes sociales un ciudadano hawaiano al recordar el centenario árbol, símbolo de la isla, hoy ennegrecido por las llamas. Este verano el fuego ha devastado también el Corfú verde de los Durrell, aquella atípica familia que huyó de la Inglaterra gris para disfrutar de la naturaleza y del mar Jónico. Hoy sus famosas memorias solo pueden ser recreadas en la imaginación del lector, pues casi todo lo que describían ha desaparecido en cuestión de días. Ver arder la isla de los feacios, que acogió al Odiseo de Homero, es sentir las quemaduras en carne propia de una civilización que ha decidido destruir lo bello.

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Mientras escribo estas palabras Canadá sufre una de las peores olas de incendios de su historia reciente, con más de mil focos activos, millones de hectáreas calcinadas y la necesidad de evacuar ciudades enteras ante el imparable avance de las llamas. Estamos ya acostumbrados a que se superen en los últimos veranos récords de temperatura, pero es que este julio, de acuerdo con la NASA y el servicio Copernicus de la Unión Europea, ha sido el más caluroso desde que hay registros. «La era del calentamiento global ha terminado, ahora comienza la era de la ebullición global», advierte el secretario general de las Naciones Unidas.

La emergencia climática no es solo la mayor amenaza actual de la humanidad, sino también su mayor reto. Para huir y superar lo apocalíptico debemos actuar y hacerlo ya, porque el daño está siendo más rápido de lo esperado, más cercano de lo que creíamos y más intenso de lo que podemos llegar a soportar. Me aterra vivir en un continente, Europa, que ya no sea capaz de distinguir bien las cuatro estaciones del año y que no pueda entender la obra de Vivaldi, porque entonces habremos convertido todo lo bueno que debíamos conservar en un «mundo de ayer» como el que, con nostalgia, nos describía Stefan Zweig. Y sin la certeza, encima, de que tengamos luego un escritor que nos recrimine la pérdida porque habrá sido demasiado tarde. Superemos el verso de Mandelstam y no vivamos «insensibles al suelo bajo nuestros pies y sin que nuestras voces a diez pasos se oigan», y actuemos.

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