![Garzón es el problema](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202107/13/media/cortadas/OP_GARZON-kt8E--1248x770@Hoy.jpg)
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He visto el vídeo en el que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, hace una llamada a moderar la ingesta de carne. Si se han incorporado a la gran polémica que se ha generado sin haber visto la fuente de la misma, que es ese ... vídeo de casi 6 minutos, les invito a que se abstraigan de ella y lo vean. Seguro que después de verlo coinciden conmigo en que Garzón dice cosas sensatas. Y que lo hace, además, en un tono didáctico y persuasivo. No inventa la pólvora, no lanza mensajes controvertidos, porque las cosas que dice ya las hemos oído muchas veces, dichas por otras instancias científicas, sanitarias y medioambientales. Comemos demasiada carne y eso es dañino para nuestra salud, de tal manera que comer menos carne, que en nuestro caso es perfectamente posible con apenas esfuerzo por la variedad alimentaria de la que gozamos, nos ayudaría a vivir mejor: ese es el resumen de lo dicho por el ministro de Consumo. Más o menos lo mismo que a Garzón le he oído a mi médico de cabecera cuando ha considerado necesario hacerme recomendaciones sobre mi dieta.
El ministro menciona también, y tampoco le faltan argumentos para ello, que la ganadería intensiva, en la que los animales sufren un estrés a veces insoportable, es además una importante fuente de contaminación atmosférica y de consumo de recursos hídricos. Sobre este último aspecto, Extremadura, afortunadamente, puede sentirse exenta de responsabilidad. Incluso podría hacer de esta campaña en favor del consumo moderado de carne una oportunidad para reivindicarse como comunidad en la que se produce una carne extraordinaria en condiciones de gran calidad de vida animal y donde la ganadería es un sector económico que contribuye al equilibrio medioambiental y a la sostenibilidad del medio rural.
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué ahora se revuelve todo el mundo contra Garzón por habérsele ocurrido decir lo que todos sabemos y tenemos asumido? Mi opinión es que este asunto ha desbordado sus límites porque el problema es el propio Garzón, no lo que dice; es Garzón, diga lo que diga. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, fue uno de los primeros en alimentar la polémica y uno de los primeros en que centró el tiro: desacreditó el discurso –insisto: sensato y convincente– en favor del consumo moderado de carne en que lo había pronunciado «un ministro que se tiene que inventar el cargo cada día, que no tiene nada que hacer y que no se le ocurre otra cosa que decir que no hay que consumir carne, amenazando miles de puestos de trabajo». García-Page no lleva razón cuando dice que Garzón ha pedido a los españoles que no consumamos carne, porque solo ha pedido que nos moderemos. Pero acierta en lo esencial: Garzón es un ministro inútil que desde que tomó posesión no ha sido capaz de demostrar que su nombramiento tiene que ver con el interés general, y no con las cuotas internas del gobierno de coalición. Es un ministro florero, y las consecuencias de ello es que diga lo que diga o haga lo que haga como ministro no podrá desprenderse de lo decorativo de su cargo.
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