Ignacio Gragera está luchando por mantenerse en lo más alto del escalafón, aunque lo tiene cada vez más complicado. Si se consuma la desaparición de Cs se va a quedar sin apoderado. Y quienes lo pretendieron un día, hoy no hacen más que darle cornadas. Cómo si no puede llamarse a las formas que está adoptando el PP con su socio de gobierno. Están todo el día recordándole que les debe la Alcaldía y que si quiere seguir lidiando tiene que seguir tragando.
Quienes un día lo pretendieron, hoy no hacen más que darle cornadas
Que si el alcalde habla del festivo extra, el PP se enfada y le hace retrasar la decisión una semana. Que si Ifeba llevaba años cobrando entrada sin ordenanza, ahora le estalla a él el asunto en las manos con amenaza del PSOE de llevarlo a los tribunales incluida.
En los pasillos del Ayuntamiento cuentan que Gragera está convencido de que todos sus males municipales están provocados por los populares. Puede que una parte sea cierta, puede que en el pecado lleve la penitencia. Porque ser alcalde con solo cuatro concejales de 27 es una faena arriesgada. «Manolete, si no quieres torear pa'qué te metes», que reza el pasodoble.
Quizás en el despacho tenga otros asuntos que requieren de decisiones más rápidas, pero nombrar a un edil de la Policía Local debe estar en la lista de tareas inmediatas.
A los populares les toca encargarse de la Policía Local porque lo exigieron en su día, pero ahora que han montado la tangana con la fallida subida del sueldo no saben cómo escaparse del revolcón que se les viene encima. La Policía nunca ha sido fácil y ahora menos, con los agentes esperando una respuesta y un aumento salarial que pretenden el resto de funcionarios. Rechazar a esta delegación como hace el PP es lo mismo que negarse a torear con el morlaco ya fuera de toriles.
Monago y Astorga
La pregunta es cómo va el primer espada de los populares, Antonio Cavacasillas, a pedir el voto a los pacenses dentro de unos meses. En el mundo taurino hay aficionados que lo soportan todo, pero otros no vuelven a comprar entradas si después de abierta la billetera no salen satisfechos del festejo.
Eso ha debido entenderlo el alcalde, que se ha echado adelante y ha dicho que él se encarga de la Policía Local y de lo que haga falta.
Del mando de los agentes solo se sale de dos maneras. Como Monago y Germán López, llamados a mayores responsabilidades. O como Alberto Astorga y María José Solana, con parte de expulsión inmediata.
Gragera tiene la oportunidad de demostrar que tiene capacidad de gestión y rematar la faena calmando a los agentes sin enfadar al resto de empleados. O hundirse con ellos. El alcalde puede salir de este envite del PP por la Puerta Grande o directo a la enfermería.