ALFONSO BERRIDI

Las madres que trabajan fuera de casa son heroicas en España

Tribuna ·

La verdadera igualdad solo se alcanzará cuando los varones se ocupen de la compra, poner la lavadora, planchar, hacer la comida, pasar la noche con un hijo enfermo y tantos detalles imperceptibles que recaen exclusivamente sobre las mujeres

Guadalupe Muñoz Álvarez

Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación

Martes, 4 de abril 2023, 08:09

Es perfectamente constatable que las trabajadoras que son madres en nuestro país, realizan grandes esfuerzos para compatibilizar trabajo y gestión doméstica, problema que muy pocas ... veces se le plantea al trabajador varón aunque debieran también exigírsele integralmente las responsabilidades paterno filiales.

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La doctora en Psicología social María Ángeles Viladot publicó un valioso ensayo sobre los prejuicios de género. La obra abarcaba temas como «la pena de maternidad» señalando que las trabajadoras con hijos son poco valoradas por ser aparentemente menos comprometidas. En el caso de los varones ocurre lo contrario: el estereotipo de tener que mantener a su familia parece que supone que estén más ligados a la empresa y asuman con mayor interés el trabajo.

En muchas ocasiones ya antes de contratar, el empleador en la primera entrevista, se atreve a preguntar a la mujer que pretende un empleo si tiene hijos o si piensa tenerlos en el futuro. Es un dato que nadie debía facilitar ni atreverse a preguntar, pertenece a la más estricta intimidad. La realidad es que algo ha cambiado en los últimos años, pero es cierto que desde la toma de posesión siguen idénticas dificultades. Pedir permiso para ir al médico, como si los hombres no sufrieran enfermedades, solicitar dos días sin sueldo para atender a un menor enfermo aparece como una petición que resulta molesta, es que aparentemente los varones no tienen la responsabilidad por sus hijos, para eso están las mujeres que tienen difícil que se aplique el derecho a la igualdad cuando alegan discriminación. Hay que llegar hasta el Tribunal Supremo o Tribunal Constitucional.

Las normas establecen extensa protección en tratados, directivas comunitarias, constituciones, convenios internacionales y un sinfín de leyes de todo nivel pero en la práctica están muy arraigados los prejuicios que mantienen las diferencias y nadie advierte que hay muchos sectores desempeñados casi exclusivamente por mujeres, enfermería, farmacia, docencia, agricultura, industrias de enlatados. Jamás ha podido demostrarse que funcionen con menos calidad, ni más bajo rendimiento y es evidente que muchas trabajadoras de estas empresas tienen hijos.

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Por otra parte, la sociedad ha de procurar que los menores estén protegidos y bien cuidados. El ideal sería que los varones participaran en ello con igualdad, pero hasta que eso se produzca, y no está cerca, es un avance social que existan facilidades para ocuparse de los niños con la mayor dedicación. Un genial humorista publicó hace un tiempo una viñeta en la que una mujer le decía a su esposo: «En el último sondeo has sacado una nota de 4,70 como padre de familia, tendrás que hacer un esfuerzo». Es necesario repartir por igual los trabajos domésticos y la atención de los hijos, que incluye jornadas exhaustivas, sin horario ni vacaciones. Es una crueldad que se sobrecargue para el trabajo únicamente a las madres de familia pero así sigue siendo, no hay más que fijarse en la salida de los colegios o en las tiendas de alimentos o en los cuidados hospitalarios. Pocos hombres cuidan a los enfermos, o van a los supermercados a la compra de alimentos casi todas son mujeres con gran dedicación y ternura sin que se resienta su actividad laboral y según las estadísticas cobran menos por el mismo trabajo, hecho muy negativo para el colectivo social.

En el año 2016 la normativa española de Seguridad Social compensó a las madres trabajadoras con el incremento de su jubilación, un porcentaje del 5, 10, 15% según los hijos que hubieran tenido y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea consideró que esta norma, que solo se aplica a las mujeres, es una discriminación, sin advertir que es solamente una mínima compensación por el doble trabajo asumido y las discriminaciones sufridas a lo largo de su actividad laboral. En algunos países de Europa se compensan las desventajas de las madres trabajadoras concediendo la anticipación de la edad para adquirir el derecho a la jubilación. No es una discriminación sino igualar a las mujeres por el pluriempleo que han tenido que asumir.

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La verdadera igualdad solo se alcanzará cuando los varones se ocupen de la compra doméstica, poner la lavadora, planchar toda la ropa, hacer la comida, pasar la noche con un hijo enfermo y tantos detalles imperceptibles que recaen exclusivamente sobre los colectivos femeninos. No solo hay que centrarse en las diferencias en la actividad laboral. La vida familiar requiere un trabajo invisible que apenas se aprecia y se realiza casi exclusivamente por mujeres.

De todas formas hay que considerar que las mujeres en los países civilizados pueden reclamar y quejarse, por eso hay que dedicar un recuerdo especial a las de algunos países que, por el contrario, no tienen posibilidad ni de elegir su propia ropa o acceder a estudios primarios.

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