TIENE que vacunarse el Rey antes de que le .corresponda? ¿Y el presidente del Gobierno, los. ministros, la cúpula militar, la judicial, los presidentes de las comunidades autónomas y todos los altísimos cargos que hay en España? La pregunta se ha planteado desde que se ... empezó a conocer que ha habido algunos cargos, de todos los ámbitos y partidos, que se han saltado la cola para vacunarse antes de lo que les correspondía por su edad o por su profesión. Todos entendimos, porque así lo dijeron los responsables políticos y sanitarios, que los primeros en vacunarse eran los ancianos de residencias y los trabajadores que les cuidan y, en segundo lugar, los sanitarios que atienden pacientes. Pero la multiplicación de denuncias de casos de cargos públicos que se han colado en la vacunación ha escandalizado a los ciudadanos. Todos nos queremos poner la vacuna cuanto antes, pero entendemos que se le administre antes a los sectores más vulnerables; nos indigna que se le aplique a un político que no tiene más riesgo de contagiarse que la población general.
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Sin embargo, ha habido políticos que han defendido que esa norma de ir administrando la vacuna en razón de la vulnerabilidad y el riesgo de contagio se salte para proteger cuanto antes a quienes ocupan altas responsabilidades. Pablo Casado, por ejemplo, ha considerado razonable que se vacune el Gobierno.
Por toda España se han denunciado abusos, unos más sangrantes que otros: no es lo mismo que se vacune un consejero de Sanidad (como ha ocurrido en Murcia y Ceuta) que no tiene que pisar un hospital, a que lo haga un alcalde o un concejal de pueblo que entra a diario en la residencia municipal porque es su director, cosa que ha sucedido en Olivenza, Valverde del Fresno, Valdecañas de Tajo o Higuera de la Serena.
La bronca política montada en Extremadura a cuenta del protocolo de vacunación ha sido importante. Se dirime si los cambios introducidos por la Junta en el texto del protocolo permiten o no vacunarse a personal de gestión sanitaria, no solo a los trabajadores estrictamente sanitarios. La disputa, con denuncias de la oposición y defensa cerrada del Gobierno extremeño, pone en evidencia lo complicado de la tarea. Detrás de la bronca se trasluce también la presión de algunos colectivos dedicados a la gestión, pero no estrictamente sanitarios para acelerar su vacunación. Han asumido la responsabilidad de gestionar la crisis y vienen soportando un estrés agotador, luego ven «justo» vacunarse antes, dado que su trabajo es vital para que el sistema no se descacharre.
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En el fondo subyace la convicción de que hay trabajos más importantes que otros y personas más importantes que otras. Personas cuya vida vale más. No todos somos iguales ante la vacuna. Estamos de acuerdo en que es importante evitar que se contagien los ancianos que viven en residencias y los sanitarios, pero de verdad es más importante que se contagie un ministro que un maestro o una policía? Ya se han contagiado ministros, como Calvo, Montero y Darias y el país no se ha venido abajo. Se sometieron a tratamiento o a cuarentena y seguro que sus equipos les sustituyeron en aquello que no podían hacer. Todos nos creemos imprescindibles, pero casi nadie lo es, excepto para su familia.
Si queremos que la sociedad se crea que todos los españoles tenemos los mismos derechos los gobernantes deberían evitar que se extienda la idea de que hay ciudadanos de primera y de segunda. Ciudadanos que tienen que esperar pacientemente en la cola a que les toque su turno y privilegiados.
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