El jueves pasado estábamos recordando el 80 aniversario de aquel desembarco en Normandía que supondría el fin del nazismo y del fascismo. Sin embargo, no ha pasado una semana y por Europa se siente el avance de un fantasma que no ha calcado la misma ... letra que el de hace 100 años, pero que sí contiene tantos acordes idénticos que casi se podría denunciar por plagio.
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No hay nada sorprendente en el viejo continente: era previsible que el auge de las formaciones de extrema derecha continuara y que millones de votantes europeos hayan apostado por Le Pen, Orban o Meloni. Me sigo preguntando si quienes votaron por estas opciones el domingo sabían qué era lo se había conmemorado tres días antes, aunque me temo que poco importa si fue a causa de olvidos derivados de la edad o por la ignorancia de los más jóvenes: las consecuencias son las mismas.
Macron no ha tardado en convocar elecciones legislativas en Francia y los partidos de izquierda ya han sido capaces de dejar sus diferencias al margen y unirse para tratar de impedir lo que quizá sea inevitable: que en el gobierno de París se acaben sentando los herederos ideológicos y políticos de aquel que tuvo su capital en Vichy. A quien esta ciudad solo le recuerde un tipo de agua mineral, me temo que tiene un problema más grave de lo que parece y que no se cura volviendo a ver 'Casablanca': si en 80 años la mitad de la sociedad francesa ha olvidado quién fue Pétain o cómo se las jugaba aquel gobierno títere y colaborador con Hitler, es porque no se ha estudiado bien la Historia con mayúscula o porque hay quien es capaz de convencer con discursos de odio, difundiendo bulos o reescribiendo lo ocurrido en aquel país entre mayo de 1940 y finales de agosto de 1944, aquel día que La Nueve liberó París.
Aquí todo está más o menos igual que antes: el centro-derecha ha borrado del mapa a su competidor naranja, la socialdemocracia resiste meses de asedio casi literal y la extrema derecha se divide, aparentemente, en dos estilos que no sabría distinguir. Parece que la gran diferencia con el vecino del norte es que la unidad lograda por la izquierda francesa para reagruparse ante un enemigo común aquí pudiera convertirse en uno de esos procesos físico-químicos en los que cada partícula es capaz de dividirse hasta el infinito… y más allá. Podemos ha vuelto a ir en solitario como en 2014 y ha obtenido dos eurodiputadas, mientras que las diferentes formaciones que integran Sumar han logrado tres. Todos ellos son conscientes de que con estos resultados y con las circunscripciones provinciales correrían el peligro de quedarse todos en el grupo mixto si mañana se disolvieran las cámaras.
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Entre el 6 y 9 de junio Europa ha conmemorado una fecha que la salvó del desastre, ha elegido a sus representantes para que gobiernen su futuro y ahora está intentando explicarse por qué un 18% de su ciudadanía está ideológicamente más cerca de quienes fueron vencidos en 1944, que de los que la liberaron de las manos del nazismo y la intolerancia.
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