Reconocimiento a las mujeres al volante

Una vez conductoras, debieron enfrentarse al rancio machismo que rodeaba todo lo que oliese a gasolina, siendo estigmatizadas con gestos y con esas frases típicas de todos conocidas. Sin embargo, la mujer al volante superó estas dificultades, como tantas otras que, en las diversas actividades de sus vidas, debieron sufrir. Ellas pusieron en el tráfico ese toque especial que la mujer lleva inherente a su ser. La mujer suele ser más intuitiva para percibir los peligros, más prudente y responsable. Las estadísticas demuestran que tienen menos accidentes que los hombres. La excusa de ellos es que conducen menos. Es verdad, pero las compañías de seguros tienen bien estudiado su riesgo con el tiempo de conducción que realizan y bajan las primas de sus seguros. Los conductores somos fogosos, veloces y hasta inconscientes. Nuestro seguro es más caro porque el riesgo de siniestros es mayor.

Cuando estudiábamos el teórico para sacar el carné de conducir, aprendimos lo que eran la seguridad activa y pasiva en el tráfico. La activa es todo un compendio de cosas que pueden evitar, por sí solas, el accidente: desde unas gafas de sol hasta la curva de una carretera, pasando por el color del coche que se conduce. Pues bien, en la seguridad activa yo incluyo a la mujer, como conductora y como acompañante. Recordarán los viajes de vacaciones de antaño a Torremolinos, a La Antilla. Coches sin aire acondicionado y con la salida antes de amanecer. En esos eternos y sofocantes viajes, la mujer acompañante ya ejercía la seguridad activa, incluso ahora todavía lo hace, intentando aplacar, entonces sin móviles ni pantallas, las discusiones por aburrimiento de los niños que viajaban en el asiento trasero. Así preservaban al conductor de distracciones y de más de un posible accidente. También se encargaban de frenar, vía palabra o gesto, la velocidad o las maniobras arriesgadas, evitando con ello radares, multas y peligros.

Ya con carné, las cosas cambian y ha aumentado aún más su seguridad activa, su papel en el tráfico. En largos viajes, siguen controlando a la tropa y se turnan en el puesto de conducción con el consorte, consiguiendo con ello descanso para ambos, reportando seguridad. En las situaciones donde el alcohol es el protagonista, la conductora se mantiene a base de tónica, agua o refrescos, mientras él acaba con la barra libre. No importa, el regreso está asegurado, sin peligros a controles de alcoholemia o accidentes. Por cómo conducen, por cómo se comportan ante el tráfico, por ejercer de agente de seguridad activa, deberíamos agradecérselo y felicitarlas en su día.