Cada día que pasa contemplamos atónitos cómo crece la soberbia enloquecida de un presidente de gobierno. Con total descaro, ya ignora las razones y la ... mínima coherencia, y prefiere el sectarismo irracional que está dejando a la democracia española en un estado casi moribundo. Millán Astray le espetó cazurramente a Unamuno: «Muera la inteligencia». «Viva la muerte». Pedro Sánchez insulta cada día a la inteligencia y a la lógica, y menosprecia e insulta a todos los españoles y de paso parece anunciar y vitorear la muerte de España. Vamos al abismo con unos gobernantes que se han instalado en la corrupción, la mentira, el cinismo y en el insulto gratuito a quien discrepa de ellos. Quizás al inefable Sánchez los dedos se le antojan huéspedes o, lo que es lo mismo, para él la gran mayoría de españoles son fascistas y de ultraderecha. Nuestro insólito presidente se parece cada vez más al que circula en dirección contraria por una autovía y cree que los equivocados son los que circulan correctamente.
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