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¿Qué ha pasado hoy, 31 de marzo, en Extremadura?
Cartas a la directora

No se puede seguir así

José Juan Del Solar Ordóñez Cáceres

Jueves, 27 de marzo 2025, 22:57

Al puro estilo romano, los dos López, Patxi y Óscar, hacen sonar tubas y cornus, seguidos de otros tubicines y cornicines de menor categoría, al ... tiempo que en el centro, el trompetero mayor, Óscar Puente, nos anuncia la última gran acción del «puto amo», mientras que este subido a la biga o Falcón, contempla con una cada día más autárquica mirada al pueblo llano. A pesar de haber perdido en el trayecto, acaso al ser sacado casi en volandas de las cenagosas tierras valencianas, la toga picta (triunfal), pero dejando que su auriga principal, la incansable vicepresidenta Montero, con habilidad y de un taconazo se desprenda, algo que no hizo ni el propio César, del siervo que le recuerda su «memento moris» (que es un simple mortal); sosteniendo ella misma la raída y sucia corona de laurel. Así está la cosa. Es en realidad una triste película, donde el señor, ese que creyéndose victorioso se pasea en el carro o en el reactor, no es más que un títere manejado desde Waterloo, llevando solo en los bolsillos promesas incumplidas, contradicciones, falsedades y vacíos de unos necesarios presupuestos, por lo que debía convocar elecciones y, de no hacerlo, siguiendo sus criterios del 2018 frente a Rajoy, «…por obligación con la ciudadanía de este país y responsabilidad constitucional tendrá que someterse a una cuestión de confianza…». Mas ha superado cualquier línea de credibilidad y le da todo igual, por lo que va caminando desde una poca ya disimulada autarquía hacia una dictadura, poniendo en peligro la democracia y la unidad de España, al ir entregando parte de ella en bien calculados lotes, aun cuando ahora se disimule con envoltorios de simples traspasos o, como cínicamente señalan, eficaces delegaciones. Y todo será así hasta que Puigdemont, ya satisfecho, le de un beso traidor, como Judas a Jesús, o sea el primero en clavarle el puñal, como hiciera Bruto con su amado César. Creo que antes España debiera prescindir de ese falso «vir triumphalis» (ganador) que la gobierna.

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