La actriz española Karla Sofía Gascón nominada al Oscar como mejor actriz, ha sido cancelada de todo lo relacionado con la campaña de promoción de Netflix, y criticada duramente, a cuenta de unas declaraciones suyas hechas en el pasado, y que intencionadamente han salido a ... la luz en los días previos a la gala de los Oscar. Añadamos a todo esto que su favoritismo para hacerse con la ansiada estatuilla, prácticamente ha quedado neutralizado. A la actriz no la han nominado aspirante al Oscar por sus declaraciones (nada edificantes), sino por sus méritos interpretativos. No sé cuánto hay de listón moral aplicado a la actriz española, y cuánto en su condición de mujer trans para estar sufriendo esta caza de brujas. Se está actuando de forma inquisitorial contra una persona a la que solo habría que juzgar por su trabajo. ¿Acaso sería justo que Woody Allen por su pasado turbio hubiera visto cancelados sus valores artísticos? O a Salvador Dalí, que tuvo más que simpatías por el régimen franquista, y que no impidieron ser reconocido como un extraordinario pintor... y a tantos otros. Las declaraciones de Karla Sofía Gascón pueden parecernos repugnantes, pero los juicios morales, y/o la transfobia no deben incapacitar sus reconocidos méritos artísticos. Cuando haya de juzgarse comportamientos morales, si ha lugar, hablamos, ahora se juzga otra cosa. Lamentable episodio.
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